Magíster en Economía de la Universidad del CEMA, el licenciado en economía Alfredo Aciar tiene una amplia experiencia en el diseño, desarrollo y control para el sector vitivinícola regional y por ello Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO realizó una interesante entrevista.
Aciar es el actual Secretario de Coordinación para el Desarrollo Económico, del Ministerio de la Producción de San Juan y entre otros antecedentes, se ha desempeñado en Mendoza como Director Ejecutivo del Banco de Vinos de Mendoza, Jefe de Gabinete del Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía de esa provincia y Subsecretario de Agricultura y Ganadería de Mendoza.
-¿Cómo evalúas el potencial enológico de San Juan?
– San Juan ha venido desarrollando proyectos vitícolas de alta calidad enológica en los valles de altura, de los cuales han surgido grandes vinos que tienen un enorme potencial. No obstante, nuestra provincia mantiene los más elevados niveles de productividad en la producción de uvas para elaborar vinos de baja y media gama de precios, como así también, mostos. No es casual que firmas mendocinas estén desembarcando en San Juan. Sin embargo, hay que recuperar esa identidad vitivinícola que antaño supo tener San Juan y creemos que con una buena estrategia público-privada podemos lograrlo.
– ¿Qué tendencias mundiales y del Mercosur destaca en producción y comercialización de vinos?
– El mundo está yendo hacia los vinos más livianos, más refrescantes, con menos alcohol. En ese sentido, San Juan tiene una buena posición competitiva en los vinos blancos de blancas y también en rosados, ya que muestra una mayor productividad en el viñedo a lo que debe agregarse mayor tecnología en bodega y, por supuesto, un excelente marketing. Hoy las redes sociales dan un espacio, a través de los "influencers" que nos da una oportunidad de alcanzar a una gran cantidad de consumidores. Hay que trabajar fuertemente en ello y en forma coordinada y estratégica con las otras provincias vitivinícolas, sobre todo Mendoza.
– Y la incidencia del clima con sus pérdidas, desastres, mermas en Argentina es notable…
– El cambio climático es una realidad. Por lo tanto, hay que adaptarse y tener una buena política para combatir los efectos negativos del clima con tecnología de punta y propender a tener un buen seguro agrícola y una ley de emergencia agropecuaria acorde a los tiempos que corren. En San Juan la renta minera genera un plus que puede ser direccionado inteligentemente para apoyar a los productores en la tecnificación de sus fincas, haciendo fuerte hincapié en el riego. Debemos que ser más eficientes en el uso del agua. Es una obligación que tenemos con nosotros, pero más aun con las futuras generaciones.
– ¿Cómo evalúa los problemas de insumos por la crisis ocasionada el año pasado a Argentina?
– El nuevo gobierno nacional a apuntado los cañones a tener una economía desregulada y abierta al mundo. En ese sentido, si logra estabilizar las variables macroeconómicas y unificar el tipo de cambio, la industria tendrá un buen panorama para importar los insumos y la tecnología que necesita para ser más competitivos y llegar con mayor potencial a los mercados externos. Estamos convencidos que la única manera de crecer es a través de las exportaciones. Recordemos siempre que para exportar se debe importar, ya que así funciona el intercambio en el mundo. Todos debemos ganar con el comercio internacional. La cerrazón que hemos vivido en los últimos años, nos ha llevado a una situación cambiaria muy angustiante que no le ha servido a nadie, salvo a la especulación financiera.
– Los costos energéticos, fletes, envases; fueron noticia esta semana… ¿hay solución?.
– La energía tiene un costo de generación y sus precios deben ser acordes a los mismos. Sin embargo, en el medio hay una elevada carga impositiva y algunas regulaciones que se pueden modificar para lograr una mejor ecuación para la industria. Tener energía barata a base de subsidios a la demanda generó una competitividad mentirosa por un lado, mientras por el otro la producción local de la misma disminuía sensiblemente, hasta terminar importando cifras siderales que desestabilizaron la balanza comercial. En cuanto a los fletes, no podemos seguir transportando mercaderías por más de 400 km en camión, es ir contra las buenas prácticas universales de logística, encareciendo los servicios y perjudicando a los productores, ya que un mayor costo logístico, conlleva un menor precio para quien produjo la mercadería. Finalmente, en materia de envases, creemos que un saneamiento de la macroeconomía generaría incentivos a la inversión en las vidrieras para evitar faltante de botellas. En suma, lo que debe hacer el país es reconstruir la infraestructura económica perdida para que la competitividad sea sostenible. En ese sentido el Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones que incluye la Ley Ómnibus puede representar un quiebre de tendencia en este sentido, ya que genera ventajas fiscales para que se lleven adelante las obras de infraestructura y las inversiones para solucionar de fondo la problemática.
– A su criterio, ¿cuales son los tipos de vinos y variedades con más futuro?
– Creo que se viene el tiempo de la REFRESCANCIA. De los vinos jóvenes, livianos, frescos, que pueden cortarse con otras bebidas. Eso es lo que quiere la juventud que consume bebidas alcohólicas y, hoy, son los que mandan y marcan tendencia en materia de consumo. De esta forma, ganaremos un espacio que hoy lo tenemos perdido con otras bebidas, sin perder significativamente el espacio más conservador de los vinos tintos varietales con algún grado de añejamiento, ya que esos vinos tienen su demanda actual bien consolidada y que los jóvenes de hoy serán adultos mayores del mañana.
– ¿Puede sugerir estrategias puntuales a las bodegas locales de corto, mediano y largo plazo?
– Más interacción entre ellas para coordinar la estrategia colectiva para avanzar sobre los diferentes segmentos de mercado sin perder cada una su identidad y su táctica, en eso también hay que sumar a los entes gubernamentales que pueden colaborar, ya sea desburocratizando trámites innecesarios; o aportando fondos y/o estructuras para una mayor promoción del consumo del vino en la Argentina y, fundamentalmente, en el exterior.
NÚMEROS
600 eran al menos las bodegas en todos sus tipos en la década del 80 del siglo pasado. Hoy rondan sólo los 100 establecimientos.
5.948 Son las hectáreas perdidas de superficie vid en San Juan entre los años 2010 y 2022. Cayó de 46.150 a 41.279 hectáreas.