Para conocer las alternativas de provisión de agua para algunos de los parajes más desérticos de San Juan, Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO consultó al ingeniero Gerardo Salvioli, titular de la cátedra "Estudios Hidrológicos" de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan.

Ampliamente conocidos son los problemas de escasez en cuanto a disponibilidades de agua para consumo humano y otros usos, que periódicamente sufren los parajes de la Difunta Correa – Vallecito y Marayes – La Planta, en particular durante los meses estivales, los que fueron realmente críticos en el verano pasado. Actualmente, los parajes en cuestión se abastecen de agua mediante acueductos que tienen origen en fuentes superficiales cuyos derrames dependen exclusivamente de las lluvias que precipitan en la Sierra de Pie de Palo en el caso de la Difunta Correa y en la vertiente occidental de la Sierra de la Huerta en el caso de Marayes – La Planta.

En las regiones áridas en general y en la zona de interés en particular, se cumple la ley de pluviosidad que expresa que cuanto más escasas son las lluvias más irregulares son sus magnitudes, distribuciones y características.

Difunta Correa

Demás está expresar que es el sitio de mayor afluencia de promesantes y turistas que tiene la provincia en cualquier época del año. El desarrollo alcanzado por la infraestructura existente es muy importante (edificios escolares, viviendas particulares, hotel, construcciones relacionadas con el culto a la Difunta Correa, instalaciones para acampe y camping, forestaciones, etc.), en consecuencia es también importante la cantidad de agua que diariamente se requiere para satisfacer las diversas demandas. A la fecha, numerosos y con escasas factibilidades son los estudios que se han realizado en el sitio y su entorno, con el fin de encontrar fuentes de aguas superficiales y/o reservorios de agua subterránea, permanentes y confiables posibles de ser explotados.

Marayes – La Planta

También en este sitio se han efectuado numerosos estudios hidrológicos e hidrogeológicos, tendientes a detectar fuentes permanentes ubicadas próximas a la localidad de Marayes aptas para dotar de agua a los pobladores del lugar. Los pozos, otrora perforados en el lugar, sólo alumbraron aguas de elevadas salinidades. Hace años la Planta Picardo obtenía agua del subálveo del río La Plata de elevada conductividad eléctrica (3.480 micromho/cm, pero con otros parámetros por debajo de los límites tolerables para bebida.

Durante décadas la población de Marayes se abasteció de agua mediante el traslado de la misma por ferrocarril; además se le sumaba el agua proveniente de la vertiente Marayes Viejo, a pesar de que según normas de la entonces Obras Sanitarias de la Nación el recurso de la vertiente no era apto para consumo humano (Conductividad eléctrica de unos 5.200 micromho/cm y varios otros parámetros superan el límite admisible según normas). La dotación disponible era de unos 40 litros/habitante/día.

Existen relevados en la zona otros manantiales, en general de reducidos caudales y elevadas salinidades, por ejemplo la vertiente La Cortaderita (C.E. 5.120 micromho/cm).

Existe también en la zona el denominado pozo El Alemán, perforado hace más de 80 años, surgente, cuya agua no es apta para consumo humano ya que tanto la salinidad como el contenido de otros parámetros superan los límites máximos tolerables.

Luego del cierre del ferrocarril, la población se abasteció de agua transportada en camiones. En el año 2004 se inauguró un acueducto cuyo origen se encuentra en la obra de toma situada en la Quebrada de Los Hornos, el caudal de la vertiente es reducido (unos 7 a 10 litros/seg.) y el agua es apta para consumo humano.

Por lo expuesto, sería una fuente posible para dotar de agua a Marayes. El mayor inconveniente es que el caudal erogado depende de las lluvias estivales que ocurren en el faldeo occidental de la Sierra de La Huerta, que son de magnitudes escasas y presentan una gran irregularidad interanual, por lo que en algunos años (como en el verano del 2010) los caudales disminuyen sustancialmente. El sistema sirve a los parajes de Marayes y La Planta.

Según datos de los dos últimos censos, la población de Marayes disminuyó de 149 habitantes (1991) a 126 habitantes (2001), una de las causas es la crítica escasez de agua para distintos usos, tendencia que debe revertirse mejorando la calidad de vida de los lugareños.