Si bien es cierto que Juan José Haedo logró en la pasada Vuelta de España el primer triunfo de un ciclista argentino en una de las tres grandes Vueltas del ciclismo mundial (las otras dos son el Giro de Italia y el Tour de Francia) al quedarse con la 16ta etapa de la carrera española, corrida sobre 188 km entre la Villa romana La Olmeda y la Aldea de Haro, la trascendencia del ciclismo argentino a nivel nacional con proyección internacional se apoyó en los logros conseguidos dentro de un velódromo.
La vigencia de Walter Pérez y Angel Darío Colla, casi los dos únicos que tienen chances de ingresar a los Juegos Olímpicos de Londres que se disputarán el año próximo.
El Matador Colla fue subcampeón en la carrera del Scratch de los Panamericanos y también fue segundo en una de las fechas de la Copa del Mundo, corrida en Kazajastan. La Liebre Pérez lideró a la cuarteta de la persecución que consiguió el bronce en Guadalajara y fue el mejor clasificado (16) en la prueba de ruta. Quien se destacó en los Panamericanos fue el velocista cordobés Leandro Botasso que ganó el bronce en el Keirin. Por su parte, Matías Médici, en la crono de ruta aportó la primera medalla, la de plata para la cosecha argentina que no fue tan importante como en otras ocasiones.