Cristian Grabinski fue una pieza vital en el ascenso a Primera de San Martín. Y su caso es el único que resta por definir de la columna vertebral del equipo que condujo Daniel Garnero. Las negociaciones por su permanencia para la siguiente campaña están complicadas debido a que se conoció que el pedido de aumento por parte del defensor fue más de lo previsto por la dirigencia sanjuanina. Se esperaban para ayer definiciones en ese sentido, algo que no sucedió y que podría estirarse durante el fin de semana.

Grabinski tuvo un rendimiento destacado durante la campaña demostrando su oficio y jerarquía, aún hoy a sus 31 años. Después de lograr su segundo ascenso como futbolista (el otro fue en el 2009 siendo capitán de Chacarita) comenzaron las tratativas para su permanencia en San Juan. Según se supo, el Mudo, como se lo conoce por su escaso contacto con la prensa, pidió un importante aumento en el futuro contrato, bastante más que lo que cobraba en la campaña 2010-11 donde integraba el podio de los mejores pagos del plantel. Es por ello que las negociaciones siguen latentes y habrá que esperar hasta dónde se estira la dirigencia. Un dato importante es que Grabinski estuvo la mayor parte del tiempo solo en la provincia, ya que su entorno familiar más cercano se quedó viviendo en Buenos Aires.

Además de su aporte en la cancha, Grabinski fue uno de los pilares del plantel pues tuvo el rol de subcapitán, por detrás del arquero Pocrnjic. Su poder en tomar decisiones marcó por ejemplo que fue él quien decidió que a la autobomba de la caravana por el ascenso no subiera ningún medio de comunicación de la provincia.
Otro futbolista que está en tratativas es Pablo Cantero. El volante reconoció ayer que se está hablando con su representante y que la idea de él siempre fue quedarse. Cantero integró la lista de futbolistas que Garnero les pidió a los directivos para que sigan, algo que por ahora no está definido. “Sé que están tratando de limar los números con mi representante, pero nada más que eso. Por ahí fueron pasando los días desde el ascenso y no supe más nada del club y eso me generó cierta incertidumbre por saber si me querían en San Martín. Sólo espero que todo termine bien y pueda jugar en Primera allá que es lo que quiero”, contó Pablo, de 33 años, y quien obtuvo su tercer ascenso en su carrera como profesional.