Después de 28 años de estar paralizada, la fábrica de galletas de Albardón, conocida como la ex Sasetru y que adquirió la firma Dilexis, volvió a la producción industrial tras cerrar dos contratos de venta, uno en el interior del país y el otro en el exterior.

La construcción de la planta en Albardón había comenzado en 1976 bajo la promesa de un régimen de promoción, pero 4 años después el holding empresario quebró y recién pudo volver a la producción un 23 de marzo del 2004.

La primera elaboración fue de galletas semidulces fortificadas para su primer comprador: la empresa sanjuanina Sol Frut, que por aquel entonces comercializaba desayunos preelaborados.

Pero Dilexis concretó, además, un contrato con un destino más exótico. Se trataba de partidas que tenían como destino Luanda, en Angola, Africa.

De esa forma, el monstruo que ocupaba 6 hectáreas sobre la calle Sarmiento, en Albardón, cobró vida y la fábrica de galletitas Dilexis dejó así de ser la materia pendiente de la industria sanjuanina y el monumento de las promesas incumplidas de diez gobernadores y cuatro presidentes.

La puesta en marcha de la fábrica había sido una realidad de la mano del entonces presidente Néstor Kirchner y de José Luis Gioja como gobernador de San Juan.

Fue el actual Gobernador quien, siendo presidente del Senado a cargo del Poder Ejecutivo nacional en enero del 2003, con un decreto logró darle la promoción industrial al grupo Dilexis SA, que había comprado la fábrica de galletitas en 1997 tras la quiebra de Sasetru.

Todo había empezado en 1976, cuando el holding empresario Sasetru (Salimei, Seitún y Trucco) se comprometió a poner en marcha una fábrica de galletitas en Albardón. Pero en 1980 el grupo se declaró en quiebra, porque no pudo soportar la política cambiaria impuesta por el entonces ministro de Economía de la Nación, José Alfredo Martínez de Hoz, quien murió pocos días atrás.

Recién en 1983, el gobernador Leopoldo Bravo le arrancó al presidente Raúl Alfonsín el compromiso de reflotar la fábrica de galletitas, pero ambos salieron de sus cargos sin tener éxito con ese asunto. Jorge Escobar, gobernador, y Carlos Menem, presidente, retomaron la bandera de Sasetru en los ’90, pero también fracasaron. Y recién fue durante la presidencia de Kirchner y siendo Gioja mandatario provincial que lograron cumplir el objetivo que había estado postergado durante tantos años.