�Como la gente no se anima a consumir el agua marrón que sale de la canilla, o en muchos casos del surtidor no salía ni una gota, se vio obligada a comprar agua envasada lo que aumentó las ventas hasta un 100 por ciento, en supermercados y almacenes de barrio de las zonas afectadas, según surgió de un relevamiento realizado ayer. En todos los casos, los negocios dijeron que los precios no aumentaron pese a la demanda. En el Vea del barrio del Bono habían limitado la compra a 2 unidades por cliente, y ayer se habían agotado los bidones. En el Átomo de Mendoza y Oro, en Chimbas, tampoco había bidones y la gente se llevaba botellas de agua de 2 litros a $5,40, pero no había restricciones de cantidad. ‘La venta subió al doble‘, dijeron desde Distribuidora Nico, en la villa Capdevila, donde las botellas costaban 8 pesos. ‘Ayer (por el martes) vendimos medio pallet, que son 80 bolsones con 6 botellas cada uno de 2 litros y cuarto, y para hoy he pedido 2 pallets más‘, agregaron. ‘Estamos trayendo de a 50 bidones cada 2 o 3 horas‘, dijo David Botella del Autoservicio Super BS, en pleno barrio CGT, en Rivadavia. ‘En este barrio no sale agua de la canilla, y para tener agua en el baño del local estoy trayendo de un piletín de lona del fondo. Es una vergüenza. El Gobierno, ahora debería traer el camión de agua para todos‘, se quejó irónico, el comerciante. En los locales mayoristas también la demanda los superó: ‘En un día normal, los pedidos son entre un 20 o 25% de agua envasada. Ayer y hoy fueron del 70%‘, dijo apurada Sandra, de la firma Graziani con sucursales en Chimbas y Rivadavia, mientras seguía atendiendo a los clientes. En tanto en Ivess y Santa Clara se limitaron a vender solamente a clientes, porque trabajan con sistema de envases retornables, no descartables.