El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reveló que está negociándose una nueva tregua de "al menos seis semanas" entre Israel y Hamas, después de que la ONU, la Unión Europea (UE), la fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) y diversos gobiernos expresaran preocupación y rechazo a la ofensiva israelí en el sur de la Franja de Gaza, que permitió hoy el rescate de dos rehenes de nacionalidad argentina pero dejó un centenar de muertos.
"Estados Unidos está trabajando en un acuerdo de rehenes entre Israel y Hamas, que traería un período inmediato y sostenido de calma a Gaza durante al menos seis semanas", dijo Biden tras recibir en la Casa Blanca el rey Abdullah II de Jordania.
Biden subrayó que los civiles que se refugian en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza y junto a la frontera con Egipto, "necesitan ser protegidos", según las agencias de noticias AFP y Sputnik.
"Necesitamos un alto el fuego duradero ahora", dijo el rey de Jordania, porque un ataque terrestre israelí contra Rafah "provocaría con seguridad otra catástrofe humanitaria".
Israel y Hamas celebraron una tregua a fin de noviembre pasado, que permitió liberar a un centenar de los 240 rehenes que la organización islamista había tomado el 7 de octubre en su sorpresivo ataque, a cambio de algunos centenares de prisioneros palestinos.
Luego de ello hubo varias iniciativas -con mediación de diversos países, entre ellos Estados Unidos y Qatar- para acordar un nuevo receso en las hostilidades, con el fin de liberar al resto de los rehenes, pero hasta ahora no prosperó ninguna de ellas.
Las declaraciones de Biden y Abdullah II, a última hora de esta tarde, sucedieron a una jornada cargada de advertencias y reprobaciones a Israel por su anunciada ofensiva sobre Rafah.
“La posibilidad de una verdadera incursión militar en Rafah es aterradora”, afirmó el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, en un comunicado.
“Habida cuenta de la masacre que está teniendo lugar hasta ahora en Gaza, podemos imaginar totalmente lo que ocurrirá en Rafah”, sostuvo el funcionario, quien pidió la liberación de “todos los rehenes” que permanecen en el enclave.
Türk advirtió que “un número extremadamente elevado de civiles, principalmente niños y mujeres de nuevo, serán probablemente asesinados o heridos” como consecuencia de la ofensiva israelí.
Por su parte, el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, exhortó a los aliados occidentales de Israel, y particularmente a Estados Unidos, a que eviten enviarle más armas, debido a la elevada cantidad de muertos en los ataques a la Franja de Gaza.
“¿Cuántas veces hemos escuchado a líderes decir que se está matando a demasiadas personas?”, preguntó Borrell en conferencia de prensa en Bruselas, y continuó: “El presidente Biden dijo que esto es demasiado, que no es proporcional. Bueno, si cree que se está matando a demasiada gente, tal vez debería proporcionar menos armas.”
“Si la comunidad internacional cree que esto es una masacre, que están matando a demasiadas personas, quizás haya que pensar en detener el suministro de armas”, agregó el excanciller de España.
Borrell también cuestionó a Israel por su anunciada intención de evacuar a los habitantes de la Franja de Gaza y se preguntó: “¿Hacia dónde los van a evacuar? ¿A la Luna?”
El fiscal de la CPI, Karim Khan, dijo que estaba “profundamente preocupado por la información sobre el bombardeo y una potencial ofensiva terrestre de las fuerzas israelíes en Rafah”.
En un mensaje publicado en la red social X, agregó que la investigación de la fiscalía a su cargo sobre la guerra en Gaza está llevándose a cabo “como un problema de máxima urgencia”.
“Todas las guerras tienen reglas y las leyes aplicables a los conflictos armados no pueden interpretarse de manera que queden vacías o sin sentido; este ha sido mi mensaje constante, incluso desde Ramallah (en su visita) el año pasado, y desde entonces no he visto ningún cambio perceptible en la conducta de Israel”, resaltó Khan.
Asimismo, Estados Unidos reiteró que se opone a una operación militar israelí “a gran escala” en Rafah y sin un plan “creíble”, tal como Biden se lo había dicho ayer por teléfono al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
“Sin un plan que sea creíble y que (los israelíes) puedan ejecutar, no apoyamos una operación militar a gran escala”, afirmó esta tarde el vocero del Departamento de Estados, Matthew Miller, en conversación con periodistas.
Biden, que el jueves pasado calificó como “exagerada” la represalia israelí por el ataque de Hamas del 7 de octubre, dijo ayer a Netanyahu que “un operativo militar en Rafah no debería llevarse a cabo sin un plan creíble y realizable que garantice la seguridad y el apoyo a las más de un millón de personas que se encuentran allí”.
El presidente estadounidense exhortó al premier israelí a “capitalizar los avances logrados en las negociaciones para la liberación de todos los rehenes lo antes posible” y pidió medidas “urgentes y concretas” para incrementar la ayuda humanitaria para los “civiles palestinos inocentes”, según un comunicado de la Casa Blanca.
En tanto, el gobierno del Reino Unido manifestó preocupación por la situación en Rafah e instó a Israel a reconsiderar sus acciones en esa región.
“Queremos que Israel se detenga y piense muy seriamente antes de tomar cualquier otra medida”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores, David Cameron, quien subrayó la conveniencia de una interrupción inmediata de los combates para facilitar un cese del fuego duradero.
Por su lado, Egipto rechazó “de plano” el eventual desplazamiento de palestinos de la Franja de Gaza y cuestionó a Israel “el nivel de destrucción y asesinato de civiles” en esa región, pero aseguró que no tiene previsto romper su acuerdo de paz con ese país.
“Rechazamos de plano el desplazamiento de palestinos desde la Franja de Gaza”, afirmó el canciller Sameh Shukri, según la televisora egipcia Al Qahera.
“El nivel de destrucción y asesinato de civiles en Gaza no tiene precedentes; la situación allí está empeorando y representa una violación del derecho internacional; no podemos aceptar la pérdida de más vidas civiles en la Franja”, subrayó, según la agencia Europa Press.
No obstante, Shukri descartó la posibilidad de abandonar el tratado de paz con Israel.
“Ya existe un acuerdo de paz entre Egipto e Israel, que ha estado en vigor durante los últimos 40 años, y continuaremos” cumpliéndolo, dijo el canciller en conferencia de prensa en Liubliana, junto a su par de Eslovenia.
Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, junto a la frontera cerrada de Egipto, se convirtió en el último refugio para los palestinos y allí se hacinan 1,4 millones de personas, según la ONU.
La localidad, convertida en un gigantesco campamento, es el último centro urbano en el cual las tropas israelíes no habían incursionado y el principal punto de entrada de la ayuda humanitaria.
Dos rehenes israelíes de nacionalidad argentina que habían sido secuestrados por Hamas el 7 de octubre pasado fueron liberados hoy por las fuerzas de seguridad israelíes en Rafah, último objetivo de la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza, en un gigantesco ataque militar que, según la milicia palestina, dejó un centenar de muertos.
“Esta incursión en Rafah podría significar también el fin de la escasa ayuda humanitaria que entra y se distribuye, lo que tendría enormes consecuencias para Gaza en su conjunto”, alertó Türk.
Al respecto, la directora general adjunta de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés) de la ONU, Beth Bechdol, afirmó que en Gaza “hay niveles sin precedentes de inseguridad alimentaria aguda, hambre y condiciones casi similares de las de una hambruna”.
“Es una situación sin precedentes en la que nos encontramos”, subrayó la funcionaria en una conversación con periodistas en Roma, reproducida en inglés en la web de la FAO.
Bechdol explicó que el organismo tiene tres categorías para medir la inseguridad alimentaria, que definen situaciones de crisis, emergencia y catástrofe, y remarcó que “los 2,2 millones de habitantes de Gaza se encuentran en estas tres categorías”.