Los lugareños cuentan que su pueblo se llama Zonda, porque es la puerta de entrada del viento caliente que baja de la cordillera y recorre toda la provincia. Algunos vecinos piensan que fue por la fuerza de ese viento hace más de un siglo, que un arriero que quiso protegerse de la polvareda dejó olvidada una imagen de la Virgen de Andacollo debajo de un puente. De ahí en más, esa localidad iglesiana recibió dos imágenes más: San Antonio de Padua y Medalla Milagrosa. Por ese motivo es la única del departamento que tiene 3 festejos religiosos durante el año, que atraen la atención de cientos de visitantes.
Cada imagen que llegó al pueblo recibe honras de los vecinos. A la Virgen de Andacollo, los lugareños le hacen su fiesta en la casa de la familia Anes. Allí, un salón hecho de adobes con techo de palos y cañas es el lugar elegido para hacerle novenas y pedirles favores.
La imagen está hecha de tela en relieve y está protegida dentro de un marco con vidrio. Allí van todos los vecinos a pedirle favores a la Virgen.
"La amamos, como también a la advocación de la Medalla Milagrosa y San Antonio. Somos un pueblo de mucha devoción", cuenta Elga Poblete.
El caso de San Antonio de Padua, no hay indicios de cómo llegó su imagen al pueblo, pero como Andacollo, la figura de yeso hace más de 100 años que está en el lugar. Por la década de 1920, los vecinos hicieron la capilla que se conserva intacta y que además tiene una torre con dos campanas. Además, cada año los vecinos la pintan y la dejan como nueva. También se encargan de colocar los gallardetes, regar y arreglar las calles para recibir a los fieles que llegan desde lejos.
La historia de la Medalla Milagrosa es más reciente. La llevó un promesante hace 5 años y la dejó sobre una loma que está justo en la entrada del pueblo.