Nadie puede escapar de ellas. Están por todos lados, esperando el momento justo para molestar sin tregua a los humanos. No se trata de seres provenientes de otras galaxias, sino de las moscas domésticas que en este último tiempo se multiplicaron y enloquecieron a causa del clima. Según los especialistas, el calor y la humedad provocaron que estos insectos se desarrollen mucho más rápido, multiplicando su cantidad.

La invasión de moscas se comenzó a percibir a fines de enero, justo después de las lluvias intensas y persistentes que azotaron a la provincia. El calor y la humedad fueron las condiciones óptimas para la proliferación de estos insectos. ’El ciclo de desarrollo de las moscas dura entre 20 y 30 días, desde la puesta de los huevos hasta que el insecto llega a adulto, pero por el calor y la humedad que se viene registrando desde hace unas semanas, ese ciclo se acortó a menos de 10 días. Eso hizo que haya más cantidad de estos insectos domésticos’, dijo Gustavo Taret, del Programa Mosca de los Frutos.

En un local gastronómico de la peatonal de la ciudad, decidieron cocinar a media luz en un intento de espantar a las moscas, pero la estrategia no dio resultados. Es que el clima también enloqueció a estos insectos.

Taret explicó que las moscas permanecen inactivas a temperaturas inferiores a los 7 grados centígrados; que a los 12 grados salen a volar y que a los 21 comienzan con su actividad plena. En tanto que la máxima actividad la alcanzan a los 32 grados, volviéndose más molestas que de costumbre. Durante las últimas semanas, el termómetro marcó temperaturas superiores a la mencionada.
Pero no hay mal que dure 100 años. Las moscas viven no más de 30 días por eso, cuando el calor y la humedad desciendan, también lo hará la cantidad de estos insectos. ’Cuando desaparezcan estas condiciones climáticas el proceso de desarrollo de las moscas volverá a la normalidad y, además, morirán las que hayan alcanzado un mes de vida, por lo que se reducirá notablemente la cantidad que se ve en estos días’, dijo Taret. Con la proliferación de moscas, también creció la venta de productos para su eliminación. La cajera de un supermercado céntrico dijo que en estos últimos días el 80% de los clientes que atiende compra insecticidas, cuando antes era una ’casualidad que dos personas compraran uno en el mismo día’.