Poco a poco, comienza a consolidarse el nuevo statu quo en The Walking Dead . En el último episodio de la serie, titulado "Service", Negan (Jeffrey Dean Morgan) con puño de hierro (y bate de púas) continúa sometiendo al grupo de Rick (Andrew Lincoln) y los suyos. A lo largo de todo el capítulo, se muestra la primera visita del villano a Alexandria, y cómo una vez más ese oscuro personaje procura dejar en claro que él es el nuevo hombre al mando de las cosas.

 

Si bien desde que despertó en el hospital, su motor siempre fue el cuidar a sus seres queridos, Rick se encuentra ahora con una fuerte crisis que lo lleva a abrazar la inacción para garantizar una triste supervivencia. A medida que la historia avanzó, el sheriff no tuvo problema en violentar sus límites éticos en pos de proteger a sus afectos y, de esa forma, el homicidio se convirtió en una opción recurrente frente a las amenazas externas. Decidido a no bajar los brazos, el héroe se enfrentó y mató a varios villanos que se cruzaron por su camino, desde el Gobernador hasta otros menos relevantes.

 

Pero, ahora, con la brutal llegada de Negan, Rick comprende que para preservar a los suyos debe ponerse de rodillas, una actitud que si bien le resulta totalmente antinatural, no tiene más remedio que aceptar. Es así que el protagonista baja la cabeza a lo largo de todo el episodio y, no solo eso, sino que también obliga a sus compañeros a tomar la misma postura instándolos a aceptar que él ya no puede tomar ningún tipo de decisión más que las impuestas por Negan.

 

 

Pero… hubo tres escenas clave que indudablemente vaticinan que por dentro Rick está a un paso de detonar. La primera es en la que Carl no tiene mejor idea que amenazar a punta de pistola a un grupo de saviors, momento que termina con Rick pidiéndole que recapacite y dando por sentado que en este nuevo mundo para sobrevivir deben dejarse someter. La segunda es en la que el héroe reflexiona sobre el rol de Shane al comienzo de la serie y cómo su hija y ese vínculo son el ancla en un mundo que está constantemente cayéndose a pedazos. Y la última escena es la que Negan [que cada vez que habla con Rick se acerca demasiado invadiendo groseramente su espacio personal] se despide diciéndole "encima me agradecés", momento en el que el protagonista pareciera finalmente dimensionar el infierno que lo están obligando a atravesar.

 

Todo el capítulo se vuelve entonces un infinito menosprecio del héroe, al cual Negan provoca y empuja hacia la humillación constante. Incluso, el villano lo obliga a llevar en la mano el infame bate que le quitó la vida a Glenn y Abraham. Con seguridad, estamos frente al punto más bajo en la carrera del Rick, un momento en el que rebelarse parecería casi imposible…¿o no?

 

En "Service" se mostró que Rick, en determinados momentos, acarició el bate de Negan sugiriendo lo obvio: detrás de esa postura de sumisión el personaje está comenzando a digerir la idea de eliminar a su rival. Es claro que la naturaleza del héroe es la de rebelarse y si bien esta vez la toma de decisión viene algo lenta, es un hecho que eventualmente comenzará a orquestar su venganza. Y en esa evolución es seguro que Michonne tendrá mucho que ver porque probablemente sea ella la encargada de prender la mecha que derive en Rick tomando represalias [porque descubrir que los colchones robados fueron prendidos fuego será algo que decididamente traerá consecuencias de algún tipo].

 

Puede que por el momento Rick parezca abatido, quebrado y desmoralizado, pero quienes conocen al personaje saben que este retroceso es apenas el primer paso hacia una guerra abierta en la que estarán involucrados todos los personajes de la serie y en la que habrá varias muertes que dejen a más de uno dolorosamente sorprendido.

 

Fuente: La Nación