En San Juan, el agua para consumo no sólo está en manos de Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE) sino que en 15 departamentos hay 61 uniones vecinales que también la administran (ver infografía). Y en esos distritos, en 9 comunas (Albardón, Angaco, Calingasta, Iglesia, Sarmiento, Valle Fértil, Zonda, Jáchal y Pocito) opinan que la distribución tendría que estar en poder de la empresa estatal, ya que tiene los recursos técnicos y económicos para prestar un mejor servicio del que brindan las instituciones. En Jáchal y Pocito, los intendentes aclararon que algunas de las vecinales deberían hacer el traspaso porque presentan inconvenientes, pero cuentan con un grupo que hace bien su trabajo. En cambio, el resto sostiene que como la mayoría tiene poca capacidad de recaudación, eso les impide tener fondos para encarar el mantenimiento y llevar adelante obras ante la expansión de la población, lo que deriva en poca presión en el abastecimiento de agua, el principal reclamo de los vecinos.

El tema del suministro está en el tapete luego de que los habitantes de Zonda se quejaran, hace 2 semanas, en el municipio y ante la unión vecinal de la escasa cantidad de agua que les llega. Además, las lluvias de esta semana provocaron crecidas que colmaron con greda la planta potabilizadora de Marquesado, lo que obligó a que se cerraran las tomas de agua, se agotaran las reservas y 15 mil familias se quedaran sin el líquido.

De los 6 departamentos restantes, en 4 de ellos (25 de Mayo, 9 de Julio, Caucete y San Martín), los jefes comunales consideran que, en líneas generales, el sistema es aceptable y que la decisión de que OSSE tome el control es una definición que deben tomar los usuarios. En cuanto a los 2 que faltan, los intendentes de

Chimbas y Santa Lucía no contestaron los llamados de este medio porque los intendentes se encontraban fuera de la provincia.
Cristian Andino, presidente de la repartición estatal, evaluó que por tratarse de un recurso vital, Obras Sanitarias debería distribuir toda el agua y destacó que “tenemos la voluntad de hacernos cargo”. Sin embargo, aclaró que el traspaso es una decisión exclusiva de los socios de las vecinales. Si hay intención de un cambio, la comisión directiva tiene que convocar a los usuarios a una asamblea, en la que por votación se definirá si OSSE toma el manejo del agua. A partir de ahí, se envía a la repartición una nota con la solicitud y la medida adoptada por la institución y se inicia un expediente. Según informó Andino, la unión vecinal de Las Flores es la única que ha presentado el pedido de traspaso.

Las instituciones son las que fijan sus propias tarifas, de acuerdo a los costos y a la posibilidad de pago de los vecinos. Sin embargo, los valores no reflejan la inversión que deben hacer en metros de cañerías para pocas familias alejadas entre sí y de limitados recursos. Por ejemplo, en Astica, Valle Fértil, la cuota es de 4 pesos, dijo el intendente Francisco Elizondo. En localidades como Pedernal, Sarmiento, ronda los 20 pesos, mientras que en San Martín orilla los 40. Un caso extremo es el de Angaco, en el que, según el jefe comunal, José Castro, hay gente que paga hasta 500 pesos porque se han implementado los medidores. Y a pesar de que en la mayoría de los casos se barajan cifras bajas, el nivel de recaudación es escaso “porque son comunidades chicas, se conocen todos y por eso les cuesta hacer efectivo el pago o restringir el servicio si no lo hacen”, explicó Andino. Fuentes que conocen el tema, explicaron que las instituciones saben que cuentan con ayuda del municipio o de OSSE. Es más, todos los jefes comunales señalaron que destinan fondos o elementos para que puedan prestar el servicio.

Los intendentes que opinan que la empresa estatal debería manejar todo el reparto de agua coinciden en que las vecinales carecen de recursos económicos, infraestructura y personal técnico para llevar adelante la distribución (ver recuadro).