Podría decirse que este ha sido un muy buen año para Emmanuel Siffert, el director suizo que cerró en 2016 una destacada temporada al frente de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, cargo que ejerce como titular desde marzo de 2014 (luego de cinco años consecutivos sin un director estable y por medio de votación) y en el que -en un hecho poco frecuente al menos en los últimos tiempos- permanecerá hasta 2018, gracias a la mayoría de los miembros de la agrupación que votaron por su permanencia por un período más. Si todo sigue viento en popa, se cumplirán entonces cinco años de la vida de Siffert en San Juan, sin contar las dos veces que vino como invitado en 2013.
Nada poco para el también violinista nacido en Fribourg en noviembre de 1967, más acostumbrado a los aviones que a las casas, quien no sabía nada de la provincia antes de su llegada, y cuya primera obra con la Orquesta local fue Otello. "La hicimos en poco tiempo, pero salió bien vistas las circunstancias", recuerda en diálogo con DIARIO DE CUYO el Maestro, que desde 2007 sólo regresa a su país como una visita.
Adaptarse a San Juan no fue tarea sencilla para el director, especialmente en lo laboral y sobre todo "estar muy flexible en la programación de los conciertos", como destacó el conductor, que pese a su agitada vida, siente que echó raíces en estas tierras.
Cuando no está en viaje o dirigiendo aquí o allá (colabora mucho con el Teatro Colón, entre otros), el día a día de Siffert se resume a "estudiar partituras, ensayar y estudiar de nuevo. Y toco cada día el violín. Para mí es importante que un director siga tocando un instrumento". Y en los ratos libres, el hombre de (todavía) afectado español aprovecha para leer libros, ver el diario por internet o escuchar música. "Televisión no", comenta tajante; aunque le gustan los asados, tampoco cocina. "En San Juan hay mucha comida para llevar y como vivo solo, está todo bien así", confesó Emmanuel, para quien sí es un placer hacer algunas escapadas "y descubrir de esta manera la provincia".
Formal, en apariencia solemne (dice que no sabe si es tan así, "tal vez sí"), Siffert prefiere no mezclar lo personal con lo profesional. De hecho, consultado sobre si hizo buenos amigos en la Sinfónica, responde que "un director no debería tener amistades"; y que prefiere "estar con todos los músicos con el mismo respeto". Pero siente que la relación con las filas es muy buena y esgrime una suerte de claves: "El director debe estar preparado 100% antes de un ensayo, debe tener una concepción muy clara de su trabajo". Y tras subrayar una vez más la palabra "respeto", explica que también es "muy importante" el diálogo con los músicos. "Un director debe tener esta sensibilidad", acota el artista suizo, para quien el éxito a lo largo de estos años como director, y especialmente éste, tiene que ver especialmente con "la manera de trabajar".
"Para mí fue un año de continuación del desarrollo del trabajo. Sí, hemos tenido repertorio distinto y mucho público. La Orquesta ha hecho un salto de calidad y esto es lo que quiero desarrollar todavía más", comentó el director, que no tiene apuro en partir. "Me gusta mucho San Juan, me gustaría quedarme algunos años más… Con este maravilloso Auditorio y ahora también con el Teatro del Bicentenario, es una ciudad con un potencial grande en el ámbito de la cultura".
"La Orquesta ha hecho un salto de calidad y esto es lo que quiero desarrollar todavía más". Emmanuel Siffert