No se rehúsa a que lo fotografíen arriba de una bicicleta ni oculta su entusiasmo por jugarse un partido de fútbol o pasarse algunas horas en el gimnasio. A sus 52 años, Mauricio Macri, líder de la nueva derecha argentina, intentará gobernar por cuatro años más a los porteños, al enfrentar en las elecciones de mañana a su principal rival, el candidato kirchnerista, Daniel Filmus.
Catapultado a la política desde el club Boca Juniors, Macri cautiva a la clase media y alta como antítesis del peronismo. Su vida, signada por el dinero, la política, el fútbol, además de tres matrimonios y varios romances con bellas mujeres vinculadas al jet-set vernáculo de ricos y famosos, evoca a la del líder de la derecha italiana Silvio Berlusconi.
Desde 1995, Macri fue presidente de Boca Juniors en tres periodos hasta abandonar su cargo en 2007. Los títulos locales e internacionales del club resultaron un trampolín para su carrera política, como líder del partido de centroderecha PRO.
Su primer desafío en política fue en 2003, cuando se presentó como candidato a jefe de Gobierno, siendo derrotado por Aníbal Ibarra. Aunque dos años después resultó electo diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires, cuya banca dejó en el 2007, año en que obtuvo el triunfo electoral que le permitió gobernar a los porteños hasta la actualidad.
"Soy un ciudadano normal, impaciente con el tránsito, no me gusta la suciedad en el espacio público, ni que toquen bocina. Me gusta ver a la gente en los parques, tener tiempo para estar con mis amigos, jugar a las cartas, hacer deportes, estar con mis hijos", se definió el candidato.
Mauricio a secas, como le dicen en su entorno, es un hombre elegante, que viste a la moda. Suele pasar los veranos en el exclusivo balneario uruguayo de Punta del Este, el preferido de la clase alta, la farándula y las top models de Argentina.
Macri nació en Tandil, provincia de Buenos Aires, el 8 de febrero de 1959. Es ingeniero e hijo de Franco Macri, uno de los empresarios más poderosos del país. Padre de tres hijos y casado desde noviembre pasado con la también empresaria Juliana Awada, Macri mantiene una tirante relación con su padre, Franco, quien respalda con frecuencia a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
La fortuna familiar fue construida por su padre, Franco, integrante de una familia de inmigrantes italianos que adquirió fortalecimiento empresarial durante la última dictadura (1976-83). Por estas horas, Mauricio es el candidato preferido: una buena cantidad de los electores piensa votarlo, más allá de que fuera investigado en algunas causas judiciales, incluyendo el reciente caso de las "escuchas telefónicas" a opositores y familiares de las víctimas del atentado a la mutual judía AMIA en 1994.
Se define como un católico no practicante. Ansioso pero metódico, comienza el día muy temprano en el gimnasio y hace psicoterapia desde hace más de una década, cuando fue víctima de un secuestro extorsivo y permaneció encadenado durante 15 días.
Macri, que este año renunció a sus planes de buscar la Presidencia argentina, es fan de cantantes internacionales y suele vérsele en sus actos micrófono en mano cantando algún jingle de campaña o imitando a su ídolo Freddie Mercury. Las encuestas le auguran un primer puesto este domingo. Pero si no logra más del 50 por ciento de votos habrá balotaje.