Pienso que tan importante como reservar este territorio aéreo a fines pacíficos, es que podamos reafirmarnos en la grandeza de este conocimiento científico y tecnológico. Aún en tiempo de dificultad, mientras las economías luchan por volver a los niveles de crecimiento previo a la crisis, tenemos que generar nuevas ilusiones con el haber de un objetivo claro, la de mantener el orbe como patrimonio de toda la especie.
Indudablemente, al ser humano en el espacio hay que darle continuidad para poder explorar universos comunes que son inagotables en sus maravillas; además cuando pensamos haber llegado a la cúspide, nos encontramos que estamos en el principio. Reconocerlo es ya un paso significativo. Cuando uno se adentra en los grandes científicos de la era espacial también nos recuerdan que el verdadero conocimiento germina de una sabiduría profunda, en base a sus muchas horas de trabajo continuo y de reflexión permanente, de muchas miradas más allá del ojo de la mente y de muchas escuchas más allá de la simple percepción.
Uno tiene que encontrarse con el espíritu del asombro y con la realidad de la vivencia. Considero vital, pues, alentar este entusiasmo por la ciencia, pero también les pedimos una apertura, para comunicar la buena nueva de las maravillas del éter, de las bellezas con las que vivimos rodeados, y que tantas veces se nos pasan desapercibidas.
Naturalmente, los programas siderales no pueden decrecer. Sí fundamental es la cooperación internacional en la divulgación y la educación sobre el vacío, no menos esencial es continuar avanzando en esa exploración (no explotación) por el cosmos, para cuando menos intentar controlar el entorno en el que vivimos. Es cierto que no podemos poner en la ciencia y en la tecnología, respuesta a todos nuestros interrogantes, que son muchos y variados; hay temas que nos trascienden, que necesitan de la filosofía o de las creencias, de ahí la necesidad de indagar con valentía y prudencia, con la mente abierta y desde el respeto a otras ramas del conocimiento humano.
Estamos ante una empresa verdaderamente global. Junto a esta consideración, hemos de subrayar el trascendental avance en el desarrollo de la ciencia y la tecnología espaciales y sus aplicaciones que ha permitido al ser humano examinar el universo, y los extraordinarios logros en las actividades llevadas a cabo en los últimos años, incluido el conocimiento cada vez más profundo del sistema planetario y del sol e inclusive del propio planeta Tierra. Por mucho conocimiento adquirido, siempre hay una sorpresa que nos acecha.
Aún son muchos los retos, pero la motivación está ahí, siempre lo estuvo, y no debemos poner cerrojos a este apasionado sueño para que, juntos y entre todos, reencontremos la clave para seguir avanzando en temas de salud, de asistencia, de seguridad, de vida en definitiva acorde con la inmensidad.
