Es originario de Salta y tuvo una formación notable por su padre y por los maestros Nelson Montero y Julio Quinteros. Llegó y echó raíces en San Juan, perfeccionándose en la flauta con el maestro Renato Ligutti. A lo largo de las décadas, Juan Carlos Liendro aprendió a querer la tierra cuyana, sus habitantes y sus costumbres. Pero no sólo sembró relaciones con otros artistas, amistades y hasta pocos días, fue abuelo de un nuevo sanjuanino traído al mundo. Como es frecuente en la vida de un músico (ya lo decía Facundo Cabral), Liendro está radicado en Buenos Aires, pero no para de girar durante todo el año por el país y por otros continentes. Es la tercera vez que visita la provincia, acomodando una agenda apretada de compromisos, y mientras comparte sus días con la familia, da talleres a jóvenes intérpretes y también hace presentaciones con músicos amigos, aprovechó para actuar en La Kelita con varios amigos invitados. En este contexto, el flautista habló con DIARIO DE CUYO sobre su presente y sus proyectos. Además, expresó su pesar por la pérdida de una excompañera artística, Claudia Pirán. "Tengo giras nacionales y viajes por España, Francia, Alemania, Austria y Suiza, mostrando mi formato musical con temas folklóricos, tangos, además, buscando nuevas sonoridades", dijo el músico, que con el apoyo del Instituto Nacional de la Música, el Fondo Nacional de las Artes y la Universidad Nacional de San Juan, pudo desarrollar diferentes proyectos de formación durante el 2023. También, está extendiendo su influencia en la Universidad Nacional de Cuyo, de Mendoza: "Como allá está la carrera de música popular en flauta, quiero transmitir mi forma de tocar. Es emocionante este tipo de experiencias que se vienen dando. Es una satisfacción personal y artística que no tiene precio. Recorrí el Norte y ahora iré para el Sur argentino, ejercitando un federalismo cultural real y no del centro hacia la periferia", contó. En los últimos años viene inclinando su obra flautística hacia sonidos no convencionales, con técnicas y patrones complejos que los expone en sus actuaciones en vivo. Sin embargo, a esta altura de su carrera quiere dedicarse a plasmar en un libro lo que sería "su legado" o manifiesto folklórico. "En mis comienzos, cuando incorporé la flauta al repertorio folklórico tradicional, no era frecuente escucharlo, pero ahora, hay muchos colegas queriendo saltar esa frontera entre la música clásica y la popular. Esta barrera no existe, se tiene un concepto más amplio y la globalización trajo el mix de estilos y está bueno que así sea, porque el arte es universal", afirmó el flautista con el propósito de transmitir para las generaciones futuras su aporte artístico.

Cuando se enteró del fallecimiento de Pirán, para él fue un hecho inesperado, dado que hace muchos años no tenía contacto con ella: "Estuve con ella cuando le dio forma a su proyecto solista allá por 2002, con el disco ‘Mirada de mi alma’. La pérdida de Claudia es una baja sensible para la música cuyana y eso se notará en los escenarios de los grandes festivales, porque supo ser una exponente de la música folklórica. Creo que dejó un legado y muchas cosas por hacerse y que deben continuar", opinó Liendro. A pesar de ello, admira también las voces que están asomando de a poco y se hacen escuchar en el circuito musical porteño: "Veo que se proyectan Los Videla y Giselle Aldeco o Cande Buasso. Están en la lucha, hay dificultades para poder trascender, pero no es imposible, se pueden abrir brechas más allá de los parámetros de la industria de hoy. Parte de mi corazón sigue estando aquí, aunque San Juan sea demográficamente chica, tiene un potencial de talentos que no dejan de sorprender con los años", concluyó el flautista que sigue sembrando el arte del viento por tierras cuyanas.