A los 5 años, motivado por un padre apasionado por los fierros, juan Cruz Guillemain comenzó a incursionar en el mundo del karting. “Corrí hasta los 12, que fue cuando casi desapareció al actividad acá en San Juan. Intenté volver a los 16, pero ya medía casi dos metros y pesaba 90 kilos, por lo que más que un karting, necesitaba un Falcon para correr”, soltó el segunda línea que se formó en el Jockey Club.
La familia era socia del club de Rawson y a Juan Cruz, con 8 años de edad, le había llamado la atención los partidos de rugby que vio en la tele. “Estábamos cenando en el club y aparecieron dos jugadores de primera, Juan Manuel Macchi y Rody Aballay, repartiendo panfletos. Les dije a mis viejos que quería ir y me llevaron el apunte porque era una vez a la semana”, recordó Juan Cruz. Con el tiempo, el rugbier le ganó al piloto. “Mi viejo ahora ya entiende de rugby”, cerró el pibe con mayor proyección.