Pasó otra temporada ciclística más y los ciclistas sanjuaninos y aquellos foráneos que corren en la temporada sanjuanina, demostraron en el país que son altamente competitivos. Ayer Daniel Zamora ganó la Vuelta de Mendoza. Hace unos días Juan Pablo Dotti culminó tercero en Doble Bragado, ambos lo hicieron bajo la escuadra de la Agrupación Virgen de Fátima que defendió otros colores para estar en ambas pruebas. En esas carreras, Cristian Clavero, que en San Juan es emblema del Sindicato Empleados Públicos, ganó etapas y vistió la malla de líder.
¿Qué quiere decir esto? Que más allá de los aciertos y errores que puede tener nuestro ciclismo vernáculo, sigue siendo una usina generadora de buenos ruteros. Los hay de todas las edades, maduros que imponen su oficio y jóvenes que empujan con su enjundia. Lamentablemente su horizonte se limita sólo al plano nacional.
Entre maduros y jóvenes, sobra materia prima de calidad para conformar una escuadra que sea protagonista en las grandes carreras de América del Sur. Para ello es necesario que se arme un equipo de categoría Continental UCI. ¿Qué se necesita? La decisión política de apoyar un proyecto serio que lleve el nombre de San Juan a otras latitudes.
San Luis, una provincia con escasa historia ciclista, cuenta con un equipo profesional. Buenos Aires, lo imitó este año. Y San Juan, ¿para cuándo? Si no se toma el toro por las astas, seguiremos sumergidos en una mediana que no nos llevará a ningún lado.