‘Mar-Flor es como un hijo más, que creció junto a mis tres chicos. Así siento a mi fábrica de dulces, que nació casi de casualidad y se convertió en sustento de mi familia’, reconoció Gabriela Guerra (38), propietaria de un establecimiento que se dedica a fabricar dulces, conservas y licores ubicado en Astica, Valle Fértil, uno de los más importantes del interior de la provincia.

La primera producción de Mar-Flor fueron unos 10 kilos de dulces de cidra y alcayota, pero a casi 15 años de aquello, ahora elaboran anualmente unos 10.000 frascos de distintos tipos de dulces, algunos de tipo gourmet. Además, dejó de estar en un espacio dentro de la casa familiar para mudarse a una moderna fábrica junto a la ruta 510, que hasta se convirtió en un atractivo turístico del departamento.

‘Todo comenzó por la invitación del organizador de la Fiesta del Citrus, que en 2001 no tenía muchos expositores y como sabía que hacíamos dulces ricos nos pidió que pusiéramos un stand. Como mi marido hacía licores, elaboramos otros dulces para tener un poco de variedad y en la Fiesta nos fue muy bien. No me olvido más que la primera venta fue de $30, que para nosotros era mucho. Eso fue el puntapié inicial para apostar un poco más y así fuimos creciendo’, dijo.

Hoy, la fábrica de dulces le compra la materia prima a los productores de la zona y a otros de diferentes departamentos. Incursionó en recetas originales para ampliar la variedad de dulces y hasta elabora las bases para un proyecto de helados con una heladería de San Agustín, que ofrece sabores como cidra o chinchil. Además, Gabriela avanzó con capacitaciones y ahora se vinculó a un plan provincial de manejo de marcas y comercialización.

‘El objetivo es seguir expandiéndonos y estamos trabajando para conseguir las habilitaciones necesarias para instalar nuestros productos en las góndolas de los comercios de la ciudad de San Juan. Si con lo que conseguimos hasta ahora trabajando en Astica y vendiendo en origen logramos mucho, somos optimistas en dar otro salto cuando podamos comercializar en la ciudad’, explicó Gabriela, quien es madre de tres hijos y quien sueña con que ellos puedan manejar la fábrica a futuro.