El promocionadísimo duelo entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo duró apenas un tiempo, en el que ambos jugaron discretamente para lo que se espera de los dos mejores jugadores del mundo, y se fueron en el entretiempo para no volver al césped del Old Trafford, lo que volvió al enfrentamiento entre Argentina y Portugal un amistoso sin demasiadas atracciones.

La expectativa ‘marketinera‘ se quedó en eso y el aparente ‘pacto de no agresión‘ se consumó rápidamente, jugando Ronaldo con el tradicional número 7 en su dorsal y Messi parado como un ‘7‘, bien de extremo derecho o wing, como prefiere decirle el técnico Gerardo Martino.

Y desde ese punto de partida ’Lío’ rotó de la derecha al medio, pero no más de allí, mientras que ’CR7’ cambió de costado en la medida que la recia marca de Facundo Roncaglia podía hacer peligrar su integridad.

Se ve que tenían buen olfato los aficionados ingleses, porque no ‘compraron‘ eso de la ’Lucha de gigantes’ con la que se promocionó este juego.

Y de hecho fue estentóreo el abucheo cuando descubrieron que ambos se habían quedado en los vestuarios al comenzar el segundo tiempo.

‘Que estadísticas ni ocho cuartos‘ se quejaban los periodistas españoles que pretendían encontrar un ganador en el duelo entre los cracks de Barcelona y Real Madrid. Y tuvieron razón, porque debieron llevarse sus planillas tabuladas en blanco.