Gente alrededor de una radio. Nadie habla. El pueblo está detenido. Lo único que importa es la voz que sale por el parlante del aparato de madera. Es la hora de la radionovela “Ha muerto un peón de campo”, que emite una radio mendocina. Esta escena sucedió a fines de los ‘60, en Valle Fértil y uno de los cineastas etnográficos más importantes del país, Jorge Preloran, la inmortalizó. Lo que buscó fue grabar un documental que reflejara la vida de un pueblo rural atravesada por la transculturación. El cineasta llegó hasta ese poblado gracias al periodista Rogelio Díaz Costa, que por entonces escribía para DIARIO DE CUYO. El documental nunca fue estrenado comercialmente y fue prohibido en Valle Fértil. Tras una búsqueda exhaustiva que se encaró desde la biblioteca de ese departamento, será exhibido hoy por primera vez ante el público, en el Teatro Municipal. El viernes se proyectará en Valle Fértil y estarán presentes algunos de los protagonistas.

La tarea titánica de rastreo del documental empezó en 2010, cuando la biblioteca de Valle Fértil recibió una donación de documentos entre los que se encontró una carta de don Sorobabel Costa al Fondo Nacional de las Artes. En la misma se reclamaba una copia del film “Valle Fértil”, del cual había sido protagonista. Ahí se enteraron de la existencia del documental. Pero la mayor sorpresa llegó cuando Beatriz Pizarro, al frente de la biblioteca, encontró la carta en la que Preloran le respondía a don Costa, diciéndole que iba a hacer todo lo posible para llevar el film. “Pudimos entender por qué no había podido verse. Se había tenido en cuenta el comentario de un reportero de la Revista Clarín, cuando escribió un artículo que llevaba por título “Valle Fértil, un pueblo que se extingue”. Preloran pagó los platos rotos y se lo consideró persona no grata. Esta decisión fue tomada por el entonces intendente de facto, Luis Martínez”, contó Beatriz.

Ese fue el inicio de un intenso rastreo que pasó por cinetecas y museos de Buenos Aires. En 2013 se enteraron que la obra de Preloran estaba en Estados Unidos. A principios de este año el docente Luis Garcés, que se había enterado de esta búsqueda, hizo posible que el material desembarcara en San Juan. “El viernes terminaremos de armar el rompecabezas”, dijo Beatriz.

LA PELÍCULA:

“Conocí a Jorge en un congreso y me invitó a trabajar con él. Después me enteré que mi padre lo había llevado a Valle Fértil”; contó María Cristina Díaz, hija del periodista Rogelio Díaz Costa, quien bautizó a Ischigualasto como Valle de la Luna y durante años escribió para DIARIO DE CUYO. María Cristina fue la encargada de asistir a Preloran y de trabajar en la edición del documental entre 1966 y 1972. Según contó, se introdujo una radionovela que se emitía a las 13. Lo que se intentó mostrar fue cómo un pueblo rural se “detenía” por la infiltración incipiente de un medio de comunicación. Este documental formó parte de un relevamiento que se hizo por todo el país. Se filmó en 16mm color, y en un principio tuvo 90 minutos de duración. Comenzó a filmarse en 1966 y se terminó en 1972. Un año después fue proyectado en la casa del vallisto Santos Villafañe, pero pudieron verla muy pocos.

Para Mabel Preloran, la esposa del cineasta, “Valle Fértil” fue uno de sus mejores documentales por cómo manejó la imagen y el sonido.

Según contó María Cristina, la filmación revolucionó al pueblo, sobre todo porque los habitantes fueron los protagonistas. Así, don Zorobel Costa fue el protagonista y quien contó la historia. Santos Villafañe apareció como minero de Usno y también actuó su hijo Hugo, que estará en la proyección del viernes próximo. Máximo Rojas se destacó por hacer monturas y Evaristo Elizondo (también está vivo), por sus artesanías. Mientras que Elvira de Burgoa era la tejedora y Valentín Mercado contaba los chistes. Alejo Chávez hacía cuchillos y Rosario Vega, apodada La Charito, era la rezadora. Doña Hilda Carmona era madre de 10 hijos y Nicolasa de Fernández, que también vive, era la tejedora, hermana de Santos.