San Juan.- “Siempre soñó con llegar lejos, pero nunca pensó que iba a ir nada más y nada menos que a Independiente”, eso cuenta Natalia Rodríguez de su hijo, Marcos Rojas. El chico de 13 años, que mide 1,84 metros, pasó de atajar en Peñarol de Chimbas a ser elegido para jugar en el arco de El Rojo en sólo 10 horas.

El pasado 7 de marzo, un grupo de las Inferiores de Independiente encabezado por Jorge Griffa hijo llegó a Peñarol de Chimbas. Ellos, les pidieron a los chicos que jugaran un partido. Después, sin más preámbulos, Griffa llamó a Marcos, lo puso al arco y le hizo algunas pruebas.

“No sabíamos qué estaba pasando. Pero al salir de la cancha, nos dieron un número de teléfono y nos dijeron que llamáramos en unos días, porque estaban interesados en mi hijo”, contó Natalia.

Sin embargo, esa misma tarde a las 19 recibieron un llamado de Peñarol: los miembros de Independiente querían contactarse con la familia. “Nos dijeron que estaban impresionados y que querían que Marcos viajara directamente con ellos. Al día siguiente, mi hijo y mi padre se fueron a Buenos Aires”.

Desde ese día, el chico vive en la pensión del club. “Ya hicieron el pase. Él me cuenta que todo allá es un lujo. Que lo llevan a la escuela y de ahí al club, donde entrena. Se acuesta todas las noches alrededor de las 22 y está feliz”, contó la madre orgullosa.

Y agregó que “yo tenía fe en mi hijo, pero cuando lo lleva a los 5 años a jugar a la escuelita Cabral con el profe Juan Rodríguez no pensé que iba a llegar tan lejos”.