La intensa ola de calor que se vivió ayer en Buenos Aires, con una sensación térmica que los diarios calificaron de "infierno", volvió a jugarle ayer una mala pasada a la Presidenta. Igual como ocurrió el 8 de enero de 2009, Cristina sufrió un cuadro de lipotimia ocasionadas por las altas temperaturas en la Ciudad.
La presidenta se vio forzada por la tarde a retirarse de la Casa de Gobierno por indicación médica luego de sufrir en su despacho una baja de presión. La jefa del Estado, que por razones climáticas había suspendido la visita a Mar del Plata prevista para la tarde, llegó en helicóptero alrededor de las 17,30 a la Casa de Gobierno para reunirse con el ministro de Economía, Amado Boudou; y al secretario de Hacienda, Juan Carlos Pesoa quienes le informaron del superávit. Sin embargo, poco antes de las 19 se la vio salir caminando por la explanada y abordar el auto oficial. Según supo DyN, Fernández estaba en su despacho cuando sufrió una baja de presión como consecuencia de la elevada temperatura y de inmediato fue atendida por los médicos de la Unidad Presidencial. Por orden de esos facultativos, la mandataria se retiró hacia Olivos -en esta ocasión por tierra ya que a esa hora una intensa lluvia cubría la ciudad- con la instrucción de tomar mucho líquido y descansar.
Voceros oficiales de la Presidencia consultados por la agencia DyN minimizaron el episodio y aclararon que la jefa de Estado continuaría por la tarde atendiendo otras audiencias en Olivos. "Si se tratara de un tema de salud, ya estaría el parte médico", advirtieron. Sin embargo, otras fuentes confirmaron que Cristina Fernández sufrió una baja en su presión arterial, sin consecuencias.
La Presidenta había tenido un cuadro de lipotimia en enero de 2009 que la obligó a postergar un viaje que iba a emprender a Cuba y hacer una semana de reposo.
Este episodio había privado a Cristina a encabezar un acto en la localidad bonaerense de Florencio Varela y en su lugar fue su esposo, el fallecido ex presidente Néstor Kirchner.
"Fue porque los pingüinos no nos llevamos bien con el calor", bromeó Kirchner en un breve contacto con la prensa al término de ese acto.
La diferencia entre la lipotimia de ayer y la de enero de 2009 es que en la primera hubo un parte médico oficial y el episodio estuvo asociado a una deshidratación leve.
En aquel momento la salud de la mandataria se puso en el tapete ya que muchas fueron las voces que salieron alertar de un pico de estrés de Cristina y se debatía que sería "prudente" que la Presidenta bajara el ritmo, al menos en lo referido a los actos públicos.
En abril de ese año tuvo anginas y en agosto faringolaringitis, en tanto que el 25 de octubre último -apenas 48 horas antes de la muerte de su esposo y antecesor, Néstor Kirchner- la angina había afectado nuevamente su salud cuando ambos estaban en El Calafate.