Llegaron a tener 15 vuelos por día, es decir, 30 arribos y despegues de aeronaves comerciales y otras de aviación general.

En los tres meses en los que El Plumerillo, de Mendoza, estuvo cerrado por remodelaciones y obligó a que el aeropuerto Domingo Faustino Sarmiento recibiera parte de sus vuelos, por la terminal sanjuanina pasaron 228.000 personas.

Hubo 257 movimientos de la línea aérea que concretó los vuelos internacionales y 1.784 llegadas y salidas de vuelos nacionales.

Fueron 90 días de intensa actividad que ayer se frenaron de repente y que le devolvieron su parsimoniosa actividad al aeropuerto, un regreso a la rutina que volvió a matizar largos silencios entre sus cuatro vuelos diarios.

Desde el 7 de septiembre al 7 de diciembre, el complejo de Las Chacritas operó con un ritmo similar al que tuvo en 1999 o en el periodo 2005-2006, cuando trabajaba con más vuelos nacionales e incluso con los de Chile, recordó Villán.

Durante esos tres meses hubo 12 vuelos comerciales por día y al menos tres de aviones particulares, algunos con orígenes o destinados poco comunes para el aeropuerto doméstico, como Saint-Martin, Cabo Verde, Canadá o Estados Unidos, mientras que también llegaron desde Chile o Colombia.

De vuelos internacionales comerciales, la aerolínea Latam movilizó a 36.000 pasajeros y fueron más de 192.000 los de las aerolíneas nacionales. Sólo por vuelos internacionales llegaban entre 130 y 160 personas por avión, en un ritmo frenético que no le daba respiro al lugar.

Pero ahora, con sus cuatro vuelos diarios, volvieron las extensas pausas y silencios. Entre el primer movimiento del día, a las 7; hasta el segundo, a las 15, son largas 8 horas en las que simplemente no pasa nada.

El tercero se da a las 16,40 y el último, a las 22. “Nosotros, en los últimos tres meses, hicimos turnos rotativos, pero ahora entre el primero vuelo y el segundo volvemos al local central. No tiene sentido quedarse tantas horas.

Se extraña tanta actividad”, dijo Lucas, empleado de una empresa de autos de alquiler.

La confitería, que por momentos quedaba chica y no daba abasto, ayer estaba cerrada. Los trabajadores de limpieza y mantenimiento ya no corrieron contra el tiempo ante tanta demanda y los oficiales de la Policía de Seguridad Aeroportuaria bajaron la adrenalina.

Es que durante los últimos tres meses, el staff de 7 efectivos fue reforzado con 40 que llegaron de Mendoza. En tanto, los stands de turismo, tanto los de Mendoza como los de San Juan, quedaron vacíos.

Ahora, en el aeropuerto se esperanzan con incorporar un vuelo de Chile y poder sumar algunos de aerolíneas low cost para darle más movimiento a una terminal que será remodelada en 2017.