A la 9.11 de la mañana un bramido ensordecedor comenzó a escucharse en el Centro de Convenciones José Amadeo Conte Grand. Por los parlantes se escuchó la tierra rugir de una manera escalofriante. Eso se sumó al sonido de la vibración de puertas y ventanas, a vidrios que explotaban y a muros que caían al suelo.
De repente el sonido del terremoto mermó y sólo se oyeron miles de gritos. Se escuchó gente que lloraba desesperada, que buscaba a algunos familiares o que pedía ayuda, mientras que de fondo sonaron alarmas y sirenas.
Y aunque la tierra no se movió, la mayoría no dejó de imaginarse que estaba pasando una gran catástrofe natural en el corazón de San Juan. Así, arrancó ayer el Simex, un ejercicio de simulación de un gran terremoto que duró 10 horas y en el que el trabajo fue sin descanso.
Durante la simulación las autoridades gubernamentales, de fuerzas de seguridad y hasta voluntarios de la Cruz Roja no dejaron su tarea ni para almorzar. Comieron en las mismas mesas donde trabajaron y aunque después de varias horas el cansancio se notaba en sus rostros, no los venció.
No hubo que esquivar escombros, ni hubo voluntarios retirando heridos. No se vivieron momentos de desesperación, ni la gente tuvo que socorrer a niños afectados. Es que, después de que el terremoto ficticio ocurrió, el trabajo se centró en ver cómo actuaría el Estado ante una catástrofe de estas características.
El Simex tuvo el objetivo de pulir la logística, de saber qué fallas tiene la comunicación interna, de verificar qué pasaría si los hospitales centrales colapsaran o quedaran inhabilitados y de hasta organizar cuáles serían los sitios adecuados para la localización de los posibles evacuados.
Para esto, el Centro Cultural José Amadeo Conte Grand, se convirtió en el escenario donde actuó el COE (Centro Operativo de Emergencia), que estuvo conformado por autoridades locales, representantes de Gendarmería, el Ejército, la Policía, Bomberos y hasta del Ministerio de Desarrollo Humano de la Nación. Rodeadas de muchos efectivos policiales, que no autorizaron el paso a personas que no pertenecían a este grupo, las autoridades se reunieron para definir la forma de actuar.
Como si fuera un juego de roles (en el que la gente juega a ocupar un determinado rol en una situación determinada) hasta el ministro de Gobierno, Emilio Baistrocchi, actuó durante el ejercicio. Fue el encargado, junto al secretario de Seguridad Gustavo Fariña, de dar los comunicados de prensa para los medios de comunicación.
‘Aún no tenemos la primera evaluación de daños, ni sabemos la cantidad de heridos o muertos. Se están haciendo relevamientos aéreos y por tierra‘, dijo Baistrocchi durante la primera conferencia de prensa simulada que se dio a dos horas de que fue el supuesto gran sismo. Junto a él representantes del Inpres dieron las primeras informaciones sobre ese terremoto que dejó varios edificios públicos, privados y casas de familia en el suelo. Dijeron que el terremoto fue de 7,4 en la escala de Richter y que tuvo una Intensidad de VIII a IX en la escala de Mercalli Modificada. Fue a 25 kilómetros al Noroeste de Capital, cerca de Loma de las Tapias y a 15 kilómetros de profundidad, por lo que supuestamente produjo grandes daños en Rawson, Chimbas, Rivadavia y Capital.
Posteriormente, el trabajo interno comenzó a multiplicarse. Es que la provincia se declaró en Emergencia Nacional. ‘Nos vemos desbordados y por eso el gobernador declaró la emergencia‘, dijo Baistrocchi, en un segundo comunicado oficial y confirmó que necesitaban ayuda de grupos de rescate y asistencia de otras provincias. ‘Los primeros en llegar será la gente de Mendoza y posteriormente llegará ayuda de Colombia‘, agregó. Así se fue llevando a cabo el operativo y el COE trabajó sin cesar. ‘La idea es que fallemos ahora. Que descubramos cuáles son las falencias que tenemos para poder mejorar todo, por si sucede algo así. Es la primera vez que se realiza un operativo similar en San Juan‘, agregó Alfredo Nardi, a cargo de Protección Civil de San Juan, que fue uno de los que coordinó el trabajo.
Momentos Claves
Ocurrió el terremoto que destruyó varios edificios. Después de esa hora, los coordinadores de cada equipo se dispusieron para recibir órdenes y comenzar, supuestamente, con la recolección de datos. Hubo una carpa en la que se guió a cada uno de los grupos a las zonas que les correspondía, para que el trabajo fuera lo más organizado posible.
Llegó el primer equipo USAR (rescate, búsqueda de persona, asistencia), de Mendoza. Estuvo coordinado por Gonzalo Yanzón. A este equipo le tocó brindar supuesta ayuda a Rawson. Debieron relevar la zona y ver por dónde comenzaban con los trabajos para rescatar a víctimas del devastador sismo.
A las 11 el ministro de Gobierno informó que hasta ese momento lamentaban la muerte de 300 personas, aproximadamente y que había unos 1.200 heridos. A la vez pidió a la comunidad no usar las avenidas Libertador e Ignacio de la Roza porque se reservaban para las fuerzas de seguridad y las ambulancias.
Una fuerte réplica puso en alerta, es que sumado al ruido ensordecedor que se volvió a escuchar como durante la mañana, se complicó la tarea. Durante el transcurso de la tarde (en la que pasaron supuestamente varios días), llegaron grupos de rescate de La Rioja, Santiago del Estero y Tucumán entre otras provincias.