Buenos Aires, 1 de junio.- Finalmente, hoy entra en vigencia la ley nacional sancionada hace más de dos años que prohíbe importar y vender lámparas incandescentes, excepto las de 25 watts, para uso residencial.

La lámpara incandescente pasará a ser una antigüedad en poco tiempo en Argentina, a excepción de la de 25 vatios (o watts), que podrá seguir comercializándose.

El tema es que, por más que su luz aún responda a los cánones estéticos que modelaron el "buen gusto" en materia decorativa, su gasto energético es desmesurado si se lo compara con el de nuevas tecnologías.

Por ejemplo: una "lámpara de leds" (o, sencillamente, una led) consume de 5 a 10 veces menos que una incandescente.

La llamada "bajo consumo" (o compacta fluorescente, CFL por su sigla del inglés), tanto de luz fría como cálida, gasta un 80 por ciento menos.

Y la "halogenada" (con formato y rosca de lamparita tradicional, pero que en su interior contiene en una bi-pin) ahorra un 30 por ciento.

Esas tecnologías serán, al menos por ahora, las opciones disponibles para iluminar el hogar. Todas mucho más económicas en materia de consumo energético. No tanto, claro, a la hora de comprarlas: cuestan mucho más que la tradicional.