Conocida como una enfermedad viral, el dengue se convirtió en la principal preocupación para los organismos sanitarios de la Argentina. Al ser transmitida por el mosquito hembra, principalmente de la especie Aedes aegypti, investigadores del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del INTA desarrollaron un bioinsecticida que mata las larvas del vector.

Se trata de un bioinsecticida, elaborado a partir de Bacillus thuringiensis israelensis (Bti) una bacteria que enferma mortalmente a las larvas de los mosquitos y que, además, no es nociva para el hombre y animales.

Graciela Benintende, investigadora del IMyZA, expresó que ‘el INTA, acompaña a la sociedad y aporta a la prevención de enfermedades, a partir del desarrollo y transferencia de productos, bioinsumos y tecnologías con el fin de controlar diversos insectos que afectan la salud animal, vegetal y la agricultura en general’.

Esta tecnología, desarrollada por el INTA, es un método de control eficaz para combatir las larvas del mosquito transmisor y está disponible para ser licenciada a empresas interesadas en producirlo y comercializarlo.

Al respecto, Benintende destacó: ‘Seguimos investigando para aprovechar al máximo lo que Bacillusthuringiensis, como insecticida biológico, nos puede dar’, y aseguró que ‘cada día, se amplía el abanico de aplicaciones y desarrollos factibles de utilización en un contexto de control biológico de plagas en pos de un mayor beneficio y eficacia para el bien de todos’.

Un producto sano

El bioinsecticida es elaborado a partir de una bacteria que enferma mortalmente a las larvas de los mosquitos y que, además, no es nociva para el hombre y animales.

El mosquito Aedes aegypti además de ser el vector del dengue, también transmite otras enfermedades como la fiebre amarilla, el zika virus y la fiebre o artritis epidémica chikungunya.

Para Roberto Lecuona, director del IMyZA, a través de las investigaciones ‘se logró alcanzar el desarrollo de un producto que puede ser transferido al sector público y privado, y demuestra la importancia del organismo no solo en el sector agroproductivo, sino en cuanto a plagas y vectores que afectan a la salud de la población’.

A finales del 2008 el IMyZA completó el desarrollo de un método de control para combatir el dengue a través de un bioinsecticida, a lo cual Lecuona se refirió como ‘un producto biológico que destruye de forma eficiente a los mosquitos en sus etapas tempranas, y evita que se desarrollen y continúen el ciclo’.

Los investigadores aclararon que ‘este bioinsecticida no se aplica en pulverizaciones en espacios públicos, parques y paseos como otros métodos, porque solo mata a las larvas y no a los mosquitos adultos, por lo que debe ser aplicado en agua donde puedan proliferar las larvas como charcos, estanques, baldes, posa macetas, floreros, etc.’

De acuerdo con Adolfo Cerioni, coordinador Nacional de Vinculación Tecnológica del INTA, ‘estamos en condiciones de transferir la cepa y asistir a los laboratorios provinciales que cuenten con la capacidad de generar bioproductos, en todo lo que hace a la producción’.

Asimismo, Cerioni aseguró que el INTA, mediante el IMyZA, cuenta con ‘los investigadores para transferir todo el knowhow’, es decir, cómo hacer la transferencia de ese conocimiento ‘para iniciar la producción del biolarvicida en los laboratorios que decidan licenciar el producto’.

Según Lecuona, las investigaciones van más allá del mosquito. ‘Podemos trabajar con otras cepas para controlar los vectores de enfermedades, por ejemplo investigaciones donde se alcanzaron resultados auspiciosos en el control de la vinchuca, una enfermedad que afecta a la salud pública’, señaló.

Lecuona: ‘es un producto biológico que destruye de forma eficiente a los mosquitos en sus etapas tempranas, y evita que se desarrollen y continúen el ciclo’.

Alta eficacia demostrada

El producto generado por el INTA tiene la característica de ‘no presentar inconvenientes al usarlo de manera permanente, ya que la radicación solar lo elimina del medio y alcanza muy buenos resultados’, señala Benintende.

Los biolarvicidas, si están expuestos al sol, deben ser repuestos después de 10 o 15 días de aplicados pero se ha demostrado una vigencia de hasta 30 días cuando los ambientes acuáticos son sombreados o semisombreados.

Una vez aplicado, la larva muere dada su alta toxicidad. En condiciones de laboratorio se registró que en 3 horas ya tenía efecto sobre las larvas del Aedes aegypti. Y debido a que es seguro, tanto para las personas como para los animales, se puede aplicar en agua potable si se respetan las indicaciones del marbete, en cuanto a las dosis recomendadas.

En el laboratorio, ubicado en el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA) en Castelar, se crearon varios insumos microbiológicos como biofertilizantes, biofungicidas y bioinsecticidas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), estableció que el éxito de los bioinsecticidas se basa en dos pilares fundamentales: su eficacia y la seguridad ambiental. Luego de numerosos y exhaustivos estudios se concluyó que esos productos a base de Bti son seguros para ser utilizados en el control de larvas de mosquitos en ambientes acuáticos, incluyendo reservorios de agua potable.