Según la memoria colectiva y de acuerdo a lo dicho por el gobernador José Luis Gioja, expresado en cadena provincial, la creciente sufrida el jueves último por la villa cabecera del departamento Sarmiento fue la más importante que se tenga memoria, por lo que han surgido distintas opciones de solución a este tremendo problema que aqueja a los vecinos, especialmente de la Villa Media Agua, para que la situación no se repita. De todas maneras hay que aclarar que el problema es tan complejo que hay que mantener los pensamientos tranquilos y evaluar a conciencia una solución que sea definitiva.

En la historia de nuestro país sucedió un hecho similar en la provincia de Buenos Aires, en la década de ’80. Se inundaron las ciudades de Caruhé, Guaminí, Carhué y Puan. A consecuencia de fuertes e inesperadas lluvias, el lago Epecuén tuvo una inusual crecida que superó la cota histórica rompiendo todos los esquemas. Fue tan grande la inundación que una de estas ciudades debió ser evacuada para siempre. Aún hoy existe una capa de agua sobre el antiguo casco urbano y alrededores, pero éste no es el caso de Media Agua, pues de no mediar otros meteoros que compliquen o agraven la situación actual, el agua se seguirá drenando hasta que los terrenos se sequen totalmente. Esto permitirá que la ciudad recupere su aspecto anterior, por lo que con algunas obras de reconstrucción volverá a la normalidad.

A la hora de considerar las alternativas de solución para evitar que futuras crecientes vuelvan a dejar a la Villa Media Agua en un estado desastroso, hay una que resulta rápida y efectiva y que en la medida de las posibilidades ya se habría estado considerando, al prever mejoras en la ruta que une a San Juan con Mendoza. Se trata de la construcción de un tramo de la ruta 40, del tipo autopista, con terraplenes y desagües, que actúe como una barrera contenedora de las crecientes que provienen del Oeste. De acuerdo a lo visto en estos días, es una alternativa rápida, menos traumática y económica a la opción de una mudanza masiva de la ciudad sureña.

Esta ruta a construir desde las inmediaciones del Cerrillo Valdivia hasta superar el cruce con la ruta de ingreso a Media Agua y a Pedernal, traería aparejado también un mejoramiento en la seguridad vial de toda esa zona.

La propuesta a considerar es una ruta de cuatro vías, con un espacio de servicios entre ellas y con rotondas de acceso en determinados lugares. La ruta deberá tener un terraplén totalmente impermeable y revestido de acuerdo a normas hidráulicas vigentes y modernas, para evitar que la acción de futuras crecidas deteriore esa superficie y rompan el aislante. Sería esto como el paredón de un dique con la cobertura necesaria para resistir el embate del agua que baja con cierta violencia. Su objetivo será encauzar el desagüe de las sierras circundantes hacia los humedales de las Lagunas de Huanacache, un reservorio natural. Con eso se evitaría afectar otras zonas dedicadas hoy al cultivo y al hábitat humano.

Además para evitar que crecientes menores pudieran represar e inundar zonas aledañas, como Cañada Honda, se debería, como obra secundaria, construir un canal aliviadero entre estas localidades y el pedemonte, paralelo a las vías férreas, con las mismas características de desagües y puentes.

Esta propuesta, puesta a consideración como un aporte a la discusión sobre lo que se deberá hacer en Media Agua, se basa en que inundaciones de gran magnitud no son habituales en la zona, por ello, mudar la localidad, sus habitantes, edificios públicos y de servicios, por meteoros e inundaciones eventuales, representa una excesiva inversión económica y política, además causaría un doloroso desarraigo en muchos habitantes, pudiendo el diseño diferente y la construcción de la nueva ruta 40 ser una alternativa a considerar.

(*) Presidente de Adifym. Amigos Discapacitados Físicos Y Mentales.