María Nélida Enrique está convencida que recibir la repetición mental de algunas palabras -lo que se conoce como mantra- más la transmisión de energía por la imposición de manos, sumado a la posibilidad de reflexionar o repensar los problemas y hábitos asociados a los antepasados, al momento de la concepción, al parto y las primeras seis horas de vida, puede aliviar las dolencias de cualquier persona, tanto a nivel físico como psíquico. Esto es ni más ni menos que el Deeksha o Diksha, una práctica hindú milenaria de sanación que actúa a nivel neurobiológico y que está en boga en el mundo por estos días. A esta terapia ella la conoció hace un año en Mendoza y la experimenta a diario, con sus familiares e inclusive con personas que no conoce. Es más, asegura que es un buen complemento para los tratamientos de la medicina tradicional, que no la reemplaza ni sustituye, pero sí colabora en el tratamiento. De hecho, fue convocada para compartir sus saberes y el fundamento científico de esta terapia alternativa en un curso de formación de profesionales de la salud (ver recuadro Curso integral).
Es, según sus conocimientos, la única que fue formada para poder realizarlo en la provincia. Dice que bastan tan sólo 3 a 5 minutos para hacer la imposición de manos, que se puede efectuar en más de oportunidad en el día, tanto en silencio como no, en soledad o en grupo, en cualquier momento y lugar. Ni siquiera es necesario contar con la aprobación de quien lo recibe para que la energía actúe. Es más, hasta se puede hacer a la distancia.
"El Deeksha es la transmisión inteligente de energía, por medio de la simple colocación de las manos sobre la cabeza de la persona que la va a recibir, para iniciar un proceso de sanación y transformación interna. Al recibir Deeksha se despiertan los chakras o centros energéticos del cuerpo y se crea un cambio neurobiológico en el cerebro”, resume el proceso por el cuál, está científicamente comprobado que "disminuye la hiperactividad de los lóbulos parietales y la segregación de la hormona del Cortisol (que es la que produce el estrés) y a su vez activa los lóbulos frontales del cerebro, aumentando y estabilizando la concentración de neurotransmisor dopamina, que provoca una menor sensación de decaimiento y una mayor sensación de alegría, bienestar y calma interior”.
María es "dadora deeksha” -ya que puede transmitir la energía pero aún no ha completado su formación para poder enseñar la terapia a otros- y explica que el objetivo del Deeksha es la liberación del sufrimiento causado por problemas o hábitos de los antepasados pero también los que se hubiesen podido ocasionar al momento de la concepción, el parto e inclusive algunas horas después del nacimiento de la persona que está afectada por alguna enfermedad. Es por eso que la "sesión” de Deeksha incluye la reflexión necesaria de estos aspectos. "Hay que tomar conciencia y repensar estas "cargas” o improntas que traemos como herencia y que nos enferman o causan dolores”, explica quien hace un tiempo que empezó una búsqueda espiritual. Así descubrió el Reiki -práctica de la que es maestra- y después el Deeksha. Paralelamente cursó la carrera de Medicina en la Universidad de Cuyo (en Mendoza) y de la que le faltan 10 materias para recibirse, objetivo que pretende cumplir este 2015. Mientras tanto, el año pasado, se inscribió en el post-grado de Psico-neuro-inmuno-endocrinología que se dictó en San Juan por iniciativa de la Asociación Médica San Juan y con el auspicio de la Universidad Favaloro. Para aprobarlo hizo un trabajo sobre "el abandono al nacer y su acompañamiento terapéutico con Deekska”, un modo de integrar sus dos miradas de la enfermedad y la sanación o el alivio del dolor, lo que no sólo le abrió una puerta para mostrar en qué se había formado y cómo podía complementarse sino que además fue un puente para que muchos profesionales de la medicina le hiciera un lugar a esta terapia alternativa.
"Esto es la nueva medicina que trata al paciente como un ser integral, el que se ve afectado en sus aspectos físico, psíquico, neurológico e inmunológico. El Deeksha plantea algo similar. En el caso del trabajo que presenté sobre una persona abandonada, en este caso al nacer, pero un abandono puede plantearse en distintas etapas de la vida (con un novio, un trabajo, por ejemplo) graba una impronta que genera enfermedades autoinmunes, o la necesidad de encontrar la felicidad en aspectos exteriores, como puede ser una adicción. La meditación y la imposición de manos, además de un tratamiento médico, pueden ser el modo en que florezca el corazón y la persona se sienta mejor", dice.
