“Estoy muy feliz, porque pude darle al equipo otra victoria”, fueron las primeras palabras del sprinter catamarqueño Darío Díaz, que se quedó con el sexto capítulo de la Vuelta, corrido ayer en Pocito.

Después de recibir el aplauso y el cariño del público, cuando compartió el podio con el chaqueño Daniel Juárez (segundo) y el marplatense Juan Ignacio Curuchet (tercero), Darío tuvo palabras de elogio para sus compañeros. “Estamos haciendo un gran trabajo para que Laurano pueda cumplir el sueño de ser el primero en ganar tres vueltas consecutivas”, explicó quien ayer, faltando treinta kilómetros, por pedido de su capitán y líder de la carrera se “guardó” y no salió a cerrar ningún hueco que provocaran los intentos de fuga de sus adversarios.

“No habíamos hablado nada sobre quién estaba mejor para embalar, nuestro objetivo principal era evitar que alguien descontara tiempo, pero faltando treinta kilómetros Laureano me dijo que dejara que el resto de los compañeros se dedicara a la tarea defensiva, supuse que era para estar más frescos para el embalaje y así fue. Con Chucky (Elías Pereyra) ellos levantaron y yo sólo tuve que aplicar mi velocidad en los metros finales”, explicó.

La de ayer fue la victoria 66 en competencias locales de quien llegó a San Juan en 2003 y regaló triunfos a todos y cada uno de los equipos que integró. “Es muy lindo recibir el cariño de la gente”, contó mientras levantaba bebés y abrazaba niños y niñas para la instantánea que sus padres sacaban con los celulares.

“Lo más importante de esta Vuelta no sólo es la victoria para la que nos preparamos a conciencia, sino la labor de todo el equipo”, concluyó mientras respondía con tímidas sonrisas tantas muestras de afecto.