– ¿Qué significa para vos el reclamo de Memoria, Verdad y Justicia?

– Era una deuda moral para con nosotros mismos. Que se honre este día es un paso muy importante para que no se olvide, para que nunca más pueda pasar una monstruosidad como aquella.

– Para quienes se quejan que siempre se hable de la dictadura ¿crees que hay mucho por enseñar todavía en la sociedad acerca de no perder la memoria?

– El que se queja es porque no entendió, o no se detuvo a pensar. Cuando el Estado es el que se convierte en asesino y terrorista, los crímenes son muchísimo más graves que cuando los comete un ciudadano. Es crimen organizado de la más seria gravedad. Y no se debería tomar a la ligera.

– A 40 años, ¿la sociedad aprendió de nuestra historia o está condenada a repetir el pasado?

– Yo creo que hoy somos una sociedad mucho más madura, libre y abierta al disenso y la discusión constructiva. Aunque muchos sigan quejándose de "la grieta" y el encono entre sectores de la sociedad, yo creo que es saludable que todas las voces tengan expresión, y que discutamos todo lo que haga falta. Aunque no nos pongamos nunca de acuerdo. Es la esencia de la vida democrática.

– ¿Qué te llevás de San Juan?

– La alegría de juntarnos a decir que sabemos quiénes somos, de dónde venimos, los dolores que nos forjaron en el pasado y las esperanzas y la voluntad de hacer presente y futuro. Un pueblo que sabe por dónde vino pisa mucho más firme en el camino por venir.