Los investigadores eran optimistas anoche sobre el esclarecimiento del crimen de Rafael Sillero, el anciano de 86 años muerto a golpes y cuchillazos en su propia casa de la avenida Sarmiento, en la Villa Hilario Elorza, en San Martín, el sábado en la madrugada.
El hombre vivía solo y para los pesquisas está más que claro que quien lo mató fue alguien a quien conocía, porque en la casa no había ingresos forzados. Y también porque el homicidio no aparece como la manera de eliminar su resistencia para otro delito, como el robo.
Tienen esa suposición porque al revisar la vivienda, encontraron algo de dinero y otras cosas de valor que suelen ser parte del botín de los delincuentes.
Por eso fue que en el acto las miradas se clavaron en el entorno más inmediato del anciano, como su propia familia y las personas que solían frecuentarlo. Según fuentes policiales, entre estas últimas figuran algunas mujeres jóvenes a quienes el anciano habría pagado para que le hicieran compañía.
El crimen había sido descubierto por un hombre a quien Sillero alquila parte de sus tierras.