Durante la temporada de calor los casos de conjuntivitis alérgica aumentan considerablemente. El sol, el polvo, los cambios de temperatura y la polinización que caracterizan a la primavera y parte del verano, constituyen los principales factores para contraer conjuntivitis.
Esto se debe a que la conjuntiva, una membrana delgada que cubre la superficie del interior del párpado, reacciona a estos factores de manera similar a la piel.
La población más vulnerable a sufrir de conjuntivitis son los niños y los adultos mayores.
Los síntomas que se presentan son: enrojecimiento del ojo, sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo, ardor, dolor, secreción blanquecina, lagrimeo e inflamación. Cuando la secreción se torna amarillenta y se agudizan las manifestaciones, es seña de que se ha convertido en una infección bacteriana.
La mayoría de los casos de conjuntivitis se resuelven con tratamientos a base de aplicación tópica de gotas o pomadas y se recomienda ingerir muchos líquidos naturales.
La prevención más importante consiste en mantener limpias las manos y evitar el contacto con los ojos.
Se recomienda evitar los remedios caseros, como lavarse los ojos con té de manzanilla, para evitar complicaciones que podrían dañar la córnea y poner en riesgo la visión.