�Bartolomé I ejerce su cargo desde el año 1991. Tiene gran influencia como líder honorífico en las iglesias ortodoxas de tradición griega y eslava. Pese a su liderazgo, su cargo es únicamente honorífico, aunque preside los concilios en los que toma parte y tiene la autoridad exclusiva de reconocer nuevos patriarcados.
Lidera una iglesia de más de 300 millones de cristianos ortodoxos en todo el mundo y es el jefe de la denominada iglesia ortodoxa autocéfala de Constantinopla, con cerca de cuatro millones de fieles en varios países.
Es considerado sucesor de ‘Andrés el Apóstol‘ de la misma manera que el Papa católico es considerado sucesor de su hermano, el apóstol Pedro. 
Actualmente, el cristianismo ortodoxo es la religión predominante en Bielorrusia, Bulgaria, Chipre, Georgia, Grecia, Moldavia, Montenegro, Macedonia, Rusia, Rumania, Serbia y Ucrania. Hay comunidades en Alemania, Argentina, Australia, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia.
Las relación entre católicos y ortodoxos mejoraron desde el Concilio Vaticano II a través de visitas mutuas, actos de entendimiento y el diálogo teológico.