Faraday, basándose en los experimentos de Oersted, Volta y Ampere, descubrió la inducción electromagnética, una relación directa entre magnetismo y electricidad. Maxwell, en 1860, predijo magistralmente que cargas eléctricas que se desplazan producen ondas electromagnéticas, semejantes a las de la luz, pero de distinta longitud de onda. Casi 20 años después Hertz, experimentalmente, demostró su existencia y Branly, en 1890 las captó con limaduras metálicas. Poco después, Nicola Tesla defraudado económicamente por Alva Edison en mejoras que aportó a la corriente continua, apoyado por Westinghouse, diseñó bobinas que produjeron electricidad de alta frecuencia y voltaje, a partir de corriente de baja tensión y para 1893, se dio cuenta que podía emitir y recibir señales de ondas de la misma frecuencia que la corriente usada y sin cables, logrando transmisiones en torno a Nueva York y el río Hudson. Registró su invento en varios países, y en 1900 obtuvo las patentes.
En Italia, en tanto, Marconi producía y lograba radiar señales al espacio usando una antena, trozo de material conductor, inventada en 1896, por el ruso Popov. Captadas a cierta distancia por limaduras, eran reflejadas como corriente eléctrica. Viajó a Inglaterra y logró transmisiones inalámbricas que atravesaron los 50 km del Canal de la Mancha. El país le concedió una patente en 1901 y lo apoyó con capitales para crear una Compañía de Radiotelégrafos, los que fueron instalados en buques y faros. Pronto, conectó el Reino Unido con Canadá, distante unos 3000 km, produciendo una revolución en el campo de las comunicaciones. La Telegrafía sin hilos, usando ondas electromagnéticas daba fin a los inconvenientes del cableado submarino. En 1909, Marconi recibió el Nobel de Física y al año siguiente vino a Buenos Aires, por los festejos del Centenario, y visitó la única estación de telégrafo inalámbrico existente, ubicada en Bernal.
Se dice que Tesla, un inventor brillante, hizo enriquecer a muchos y vivió siempre en condiciones precarias. El largo juicio que iniciara por la invención, concluyó favorablemente en 1943, pero a título póstumo. Tesla falleció en 1942, solo, en una habitación de hotel. La poca divulgación del fallo permite seguir atribuyendo el invento a Marconi, cuyo mérito fue usar las experiencias de Branly y Popov y recrear el uso de ondas electromagnéticas de radio, en dispositivos cuyas señales inalámbricas recorrieron enormes distancias y brindaron mayor seguridad a la navegación marítima, en momentos de la inmigración desde Europa a América.
Tesla poseía un alma altruista. Más que los réditos le importaba el bien que sus inventos ofrecían a la humanidad. Artífice de la primera central eléctrica del mundo ubicada en el Niágara, su sistema polifásico de corriente alterna se extendió por el mundo. Entre sus muchos inventos figuran la lámpara fluorescente y el control remoto. Desde 1960, en su homenaje, la Unidad de Campo magnético, se denomina Tesla. Un museo en Belgrado, custodia desde 1956, el mayor archivo de su legado. Su capacidad inventiva fue tan asombrosa que, después de su muerte, sus pertenencias fueron confiscadas por el FBI, por los supuestos inventos valiosos.
El telégrafo sin hilos, también usaba el alfabeto Morse y salvó muchas vidas en colisiones de buques, incluso en el hundimiento del Titanic, en abril de 1912. El SOS, instituido en 1906 por ser de fácil transmisión en Morse, se usó junto con otra señal y recién después del hundimiento, se adoptó universalmente, junto a reglamentaciones como el uso de telégrafo en todos los barcos con más de 50 personas a bordo y silencios de radio telegráficos de 3 minutos, a determinados minutos de la hora, para captar mejor los posibles SOS. Después de la tragedia, la importancia del telégrafo inalámbrico enalteció a Marconi como propulsor del mismo. Ese año, Tesla rechazó compartir el Nobel con Edison, su enemigo en la "guerra de las corrientes eléctricas”. A la grandeza de los descubrimientos, según Tesla, no se le debía anteponer intereses económicos.
El telégrafo sin hilos, inalámbrico ó Radiotelégrafo, usaba poco ancho de la banda electromagnética. Sólo las llamadas ondas cortas de radio (entre 1 y 10 m) que se reflejan en la ionósfera y varían según el momento del día, la actividad solar y fenómenos atmosféricos produciendo distorsiones y ruidos en las señales. No obstante, por tratarse de pulsos eléctricos discontinuos hechos con un manipulador, la interferencia no era notable.
Para la transmisión inalámbrica de la voz humana y la música (Radiotelefonía), se requirió un proceso mucho más complejo. Se necesitaron ondas de radio de una frecuencia precisa y controlable, para poder implantarles las de baja frecuencia del sonido. Ya implantadas (ó moduladas), una antena las emite al espacio y, a la distancia, otra antena las capta, demodula y transforma, de nuevo, en ondas de sonido. Se usó en la 1ra Guerra Mundial y tuvo tal desarrollo posterior que en 1920, para deleite de la humanidad, las transmisiones regulares hicieron posible escuchar voces humanas y sonidos musicales emitidos desde lugares remotos.
(*) Licenciada en Bioquímica.