Buenos Aires.- "Bauza y los jugadores quieren jugar en la Bombonera, así que contra Chile casi seguro la Selección hará de local en la cancha de Boca".
La frase de Armando Pérez le dio marco oficial: de no surgir inconvenientes, el partido del 23 de marzo va a jugarse en La Boca, donde no se disputa un encuentro oficial desde hace casi 20 años. El último fue el 16 de noviembre de 1997, un 1-1 contra Colombia -con goles del Pibe Valderrama y Fernando Cáceres- por las Eliminatorias rumbo al Mundial de Francia 98. Hubo un cruce posterior ante Brasil, en el 2012, pero no por los puntos: fue en el marco del superclásico de las Américas, con victoria en los 90′ (2-1) y derrota en los penales -Brasil había conseguido el mismo resultado en la ida-.
La idea del Patón, además de no sumar horas de vuelo viajando al interior ("Los jugadores ya vienen con 14 horas arriba de un avión", dijo Bauza), es la presión que provocan los cuatro costados de la Bombonera. "Es un estadio único, te quedás quieto y el piso tiembla, eso no lo vi en ningún otro lado. Cuando empiezan a saltar, se mueve. Tienen que jugar en Boca", había dicho Juan Román Riquelme cuando comenzó a circular la idea del Patón.
¿Qué marcan las estadísticas generales? En números, el saldo es positivo, con un 74,71% de efectividad producto de 19 victorias, ocho empates y dos derrotas, ambas en partidos amistosos y contra potencias europeas (Francia en el 71 y Alemania en el 77), por lo cual, de manera oficial, la Selección está invicta en la cancha de Boca. Sin embargo, cuenta también con una mancha histórica: el 2-2 con Perú que sentenció la no clasificación al Mundial de México 70.