Niños corriendo, saltando, gotas de agua que salen de las piletas, pelotas que ruedan o vuelan y los infaltables festejos, todo se puede ver en las colonias de verano sanjuaninas durante esta temporada. Todas las mañanas los chicos llegan preparados para jugar y entre las opciones, los niños eligen sus actividades favoritas adentro y afuera de las piletas. DIARIO DE CUYO visitó dos colonias para ver cómo se divierten.
La colonia que une a todos los chicos de Rivadavia está en El Pinar. Allí, todas los días llegan los colectivos que trasladan desde sus casas al camping a 360 niños de todo el departamento. Y a pesar de que llegan con sus mallas puestas y los toallones colgando en el hombro, por las dudas, todavía no pueden bañarse. La pileta está impecable, recién pintada, pero no tiene agua. Según contó el coordinador de la colonia, Mauricio Miranda, la tienen que llenar con agua del río pero como consecuencia de la crecida provocada por las lluvias, todavía el agua está muy sucia. Por eso, están esperando que se limpie un poco para poder usarla y esperan que eso suceda a finales de esta semana. A pesar de la falta de actividades acuáticas, los chicos se entretienen en el amplio espacio verde del lugar, bajo los árboles. Realizan actividades deportivas, recreativas y tienen clases especiales de plástica, tecnología y folclore en un edificio construido al lado de la pileta.
Por su parte, los chicos que asisten a la colonia de Capital con sede en el Camping del Círculo de Oficiales, sí aprovechan la pileta. Y se turnan por grupos, divididos por edades y sexo, para usarla durante 40 minutos diarios. Por cada turno, entran dos grupos, cada uno ocupa la mitad de la piscina. Y mientras chapotean, los chicos dicen que, a pesar de que juegan y hacen deporte afuera del agua, lo que más disfrutan es cuando llega el momento de zambullirse.