Los presidentes del Consejo Europeo y el de Chipre, Nicos Anastasiades, alcanzaron un principio de acuerdo sobre las líneas generales del rescate de 10.000 millones de euros para Chipre. La operación obligará a liquidar el segundo banco del país, Laiki, con fuertes pérdidas de los grandes depositantes. También se impondrá una fuerte quita a los depósitos de la primera entidad, Banco de Chipre.

Con estas medidas se financiará el aporte de 7.000 millones de euros que el Eurogrupo exige a Chipre para su propio rescate. Para sanear la banca chipriota, afectada por la quita a la deuda griega y cinco veces más grande que la economía del país, hacen falta 17.000 millones, cantidad equivalente al PBI local. Pese a que en términos absolutos no es una cantidad muy alta, la eurozona y el FMI no le pueden prestar ese monto porque elevaría la deuda pública hasta el 193%, un nivel insostenible.

Cerca del 60% del pasivo son depósitos, en gran parte extranjeros, lo que indica que el país pudiera estar funcionado como tal. Durante décadas Chipre ha mantenido una política de bajos impuestos y servicios financieros opacos que han logrado captar clientes. Desde la caída de la Unión Soviética, el país ha sido puente para la entrada del dinero negro del Este en la Eurozona.

Además, la isla es uno de los refugios favoritos de los fugitivos de la Justicia, especialmente británicos, debido a una vida agradable, un clima estupendo, y una importante comunidad de compatriotas expatriados en la que disolverse. El pasado septiembre, la policía chipriota, conjuntamente con la británica Agencia de Crimen Organizado Importante y la ONG Crimestopper, lanzaron la llamada "Operación Zygos”, destinada a rastrear en Chipre a algunos de los criminales más importantes del Reino Unido. Localizó a nueve personas, desde el presunto violador Paul Lockwood hasta el galés Martin Evans o los turcochipriotas Hasan Akarcay o Mehmet Salih, acusados de narcotráfico en Gran Bretaña, pasando por Martin Power y Timur Mehmet, buscados por fraude.

Dentro de este panorama de un país multiforme, en pocos días se esfumó el paraíso mientras la cuestión económica acapara la atención. La pregunta que se hacen los chipriotas es qué tan dura y profunda será la recesión. Dentro o fuera del euro, se acabaron los días de esperanza cierta.