La provincia de San Juan, de la mano del Instituto Nacional de Tecnología Industrial -INTI- está dando los primeros pasos en un proyecto inédito para encontrar salidas económicamente viables a los residuos biológicos que deja la producción de aceite de oliva. Este tema representa un dolor de cabeza para el sector y el medio ambiente, ya que la elaboración de aceites genera un volumen muy grande de alperujo (mezcla de aceituna triturada, piel, carozo, etc.) de difícil manejo. De cada 100 kilos de fruto molido para extraer el óleo, el 85% se convierte en residuo y sólo el 15% restante en aceite. De esta forma la industria que procesa cada campaña alrededor de 50 mil toneladas, a su vez genera 42.500 toneladas de residuos. Hay algunas incipientes experiencias de utilizarlo como materia prima para elaborar alimentos para perros y ganado, o secarlo para generar energía por parte de algunas aceiteras (ver aparte) pero la mayoría termina distribuido en los callejones de las fincas, como una especie de abono orgánico, según explicó Analia Mingorance desde la presidencia de la Cámara Olivícola.
’’Los residuos olivícolas son un problema porque no todas las soluciones son aplicables a todas las escalas de producción, no son rentables’’, explicó Mabel Fabro, directora del Centro de Investigación y Desarrollo San Juan del INTI. Ese centro se inscribió en una convocatoria tecnológica de la Unión Europea y la CELAC a principios del año pasado y propuso evaluar distintas alternativas en el tratamiento y agregado de valor de los residuos olivícolas. ’’El proyecto fue aprobado y arrancó en diciembre. Serán dos años de trabajo y cuenta con una financiación de 40 mil euros’’, agregó Fabro.
San Juan es la única jurisdicción argentina que participa en el proyecto de colaboración con otros 5 países, España, Chile, Portugal, Uruguay, Alemania y Argentina. Y por ese motivo, será sede de varios encuentros con especialistas de esas naciones, con el fin de intercambiar y recopilar información de tecnologías y hacer algunas pruebas. ‘Por lo pronto, se está realizando un relevamiento de la cantidad de empresas aceiteras que existen y el volumen total que manejan‘, explicó Fabro. No hay datos estadísticos actualizados del sector olivícola, aunque en la cámara estiman que hay 35 fábricas de aceite y 20 de aceitunas en conserva. Las hectáreas cultivadas con olivos son aproximadamente 14.000, de las cuales un 30 % se destina conserva y el 70% a la industria aceitera.
La titular del INTI explicó que el objetivo ‘’es el desarrollo del procesado de subproductos provenientes de las producción de aceite de oliva, caracterizando y evaluando el uso potencial de los residuos biológicos de acuerdo a volúmenes disponibles, infraestructuras y mercado‘’. En la actualidad, el uso generalizado es distribuir esos residuos en los suelos de las fincas. Al respecto, el especialista Daniel Dates recordó un estudio que indica que solo es recomendable agregar 5 toneladas por año y por hectáreas ‘’lo cual es recomendable como materia orgánica para manete la humedad’’, pero al mismo tiempo admitió que muchos usan más de esa cantidad. ‘’Yo le tengo miedo a la acumulación en el tiempo’’, dijo Dates. En el sector advierten que el desperdicio olivicola es muy ácido y en gran cantidad puede modificar incluso las napas freáticas, por lo que esparcirlo en las fincas debe ser manejado con cuidado.