El presidente de EEUU, Barack Obama, defendió ayer el derecho del pueblo cubano a decidir su

destino tras una histórica reunión en La Habana con su homólogo Raúl Castro, quien reafirmó la disposición de la isla a seguir avanzando en la normalización bilateral.

‘El destino de Cuba no debe ser decidido por EEUU o ningún otro país (…) El futuro de Cuba lo tienen que decidir los cubanos y nadie más‘, aseveró Obama quien, no obstante, advirtió que su país seguirá abogando por la democracia en Cuba y reclamando respeto para los derechos humanos universales, como la libertad de expresión, de asamblea y de culto religioso.

En este contexto, Obama pidió al Gobierno de Cuba que mejore la situación de los derechos humanos luego de reunirse con Castro, quien criticó el ‘doble rasero‘ de Washington sobre el tema y advirtió que el embargo sobre la Isla desde hace 55 años ‘es el mayor escollo para las relaciones bilaterales’. Igual, ambos mandatarios tendieron un puente histórico a un mayor acercamiento entre los dos países.

Obama, el primer presidente estadounidense en pisar la isla de gobierno comunista en 88 años, aseguró que las discrepancias entre EEUU y Cuba en materia de derechos humanos y democracia son el principal escollo para sellar el acercamiento entre los otrora rivales de la Guerra Fría.

Pero Castro se quejó de la manipulación política del tema en una rueda de prensa conjunta con el presidente estadounidense, que llegó el domingo con su familia en una histórica visita.

Luego de un breve recorrido por el enorme monumento al poeta y héroe cubano José Martí, Obama y Castro arrancaron muy sonrientes una reunión en el Palacio de la Revolución, que se yergue en una explanada decorada con relieves de los guerrilleros Ernesto ‘Che‘ Guevara y Camilo Cienfuegos.

Pero al terminar la reunión de poco más de dos horas, los ánimos no eran tan risueños.

A pesar de que Obama comentó la ‘franqueza y sinceridad‘ del encuentro, Castro reiteró que el acercamiento sólo avanzará si Estados Unidos levanta el embargo a la isla y devuelve el territorio que ocupa una base naval estadounidense en la bahía de Guantánamo, al Este de Cuba.

‘Seguimos teniendo diferencias muy serias, incluyendo la democracia y los derechos humanos‘, dijo Obama.

Castro también subrayó las diferencias entre ambos países, apenas separados por 145 kilómetros, pero sostuvo que Cuba defiende los derechos humanos a su manera, como cuando garantiza la salud gratuita y la enseñanza para todos los cubanos.

‘Nos oponemos al doble rasero sobre los derechos humanos. Cuba tiene mucho que decir y mostrar en esta materia‘, dijo Castro, contraatacando ante los reclamos de Obama.

Minutos después, Castro se ofuscó con una pregunta de un periodista estadounidense sobre presos políticos.

‘Dame una lista ahora mismo de los presos políticos para soltarlos‘, dijo Castro visiblemente enojado. ‘Si hay una lista, por la noche van a estar sueltos‘.

A pesar de todo, ambos mandatarios mostraron su fe en que las relaciones entre Cuba y EEUU llegarán a buen puerto, aunque no ‘de la noche a la mañana‘.

Castro consideró que ‘el embargo económico impuesto en 1962 es el obstáculo más importante’ para ‘el desarrollo económico y el bienestar del pueblo cubano’.

‘Mucho más pudiera hacerse si se levantara el bloqueo de EEUU; reconocemos la posición del presidente Obama y su gobierno contra el bloqueo y los llamados que hizo al Congreso para que lo elimine’, señaló Castro, que insistió en que las medidas adoptadas ‘son positivas pero no suficientes‘.

Cuba exige, además, la devolución del territorio donde se levanta una base naval estadounidense en la bahía de Guantánamo, así como el cese de transmisiones de radio y televisión dirigidas a su territorio.

Obama sostuvo que el hecho de que cerca de 40 legisladores, entre ellos varios republicanos, le acompañen en este viaje a Cuba es una muestra de que existe cada vez más presión dentro del Congreso para poner fin al embargo, vigente desde 1962. ‘El embargo va ha terminar’, vaticinó Obama, aunque no se aventuró a decir cuándo.