Oscar Hugo Bordón cumplió ayer 59 años, pero para este changarín con cierta reputación de curandero en su barrio en Pocito, la fecha estuvo lejos de la festividad. Porque está preso desde el 12 de octubre de 2010 y porque justo ayer ratificó, en una confesión, los motivos que lo llevaron a la cárcel: los reiterados y graves abusos sexuales (pese a no existir violación) cometidos contra una nena que por entonces tenía 7 años y le decía ‘tata’, pues el acusado había sido pareja de la abuela de la menor. Ante el juez Arturo Velert Frau (Sala I, Cámara Penal) Bordón ratificó su firma en ese acuerdo de juicio abreviado en el que admite los delitos en su contra y también purgar 11 años de cárcel, dijeron fuentes judiciales.
Ese acuerdo se celebró entre el imputado, su defensor Horacio Merino y el fiscal de Cámara Penal Gustavo Manini. Y ahora el magistrado deberá decidir si acepta o no la propuesta; si es así podrá aplicar una pena igual o menor al acusado, pero nunca una mayor. A Bordón le atribuyen abusos gravemente ultrajantes y haber promovido la corrupción de la nena, precisaron.
Bordón quedó complicado la noche del 12 de octubre de 2010 en su casa de Pocito. Alrededor de las 20,30 de ese día la menor le dijo a su mamá que tenía dolor de muelas y la mujer le sugirió ir hasta la casa de su ‘tata’ en el mismo barrio para que la ‘curara’.
Cuando la nena llegó no hubo tal cura y sí puertas cerradas con llave, total oscuridad, manoseos y besos en sus genitales. Hasta que la mamá de la nena llegó, preocupada por su demora y la oscuridad de la casa. ‘¿Que te pasó?’ preguntó la mujer cuando Bordón desechó llave. ‘Nada, nada, vos me vas a pegar’, dijo la criatura cuando salió, nerviosa y llorando. Luego le diría a su mamá que Bordón le daba caramelos a cambio de besos y manoseos. Y las pericias en la pequeña confirmaron el trauma que sufrió. Cuando declaró, su mamá dijo que a ella la había manoseado cuando tenía 9 años.