El ministro de Educación, Esteban Bullrich, aseguró ayer que en la prueba del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) 2015, que se realiza cada tres años a alumnos de 15 años, la Argentina quedó excluida porque hubo ‘técnicamente un error grave‘ y anunció que en 2018 el país volverá a participar del relevamiento. Mientras que su antecesor en el cargo, Alberto Sileoni, dijo que ‘no hubo manipulación‘ en la muestra.
La decisión de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de excluir a la Argentina de los ranking PISA provocó ayer una polémica fuerte entre funcionarios y exfuncionarios del área educativa.
Bullrich atribuyó la exclusión del país de la medición internacional de calidad educativa 2015 a ‘graves fallas metodológicas y falta de cumplimiento de regulaciones de la OCDE‘ por parte de la gestión anterior y estimó que la Argentina volverá a participar en 2018 de ese relevamiento.
‘Preocupados por la exclusión de nuestro país de la evaluación PISA solicitamos a dos organizaciones internacionales (la Unesco y la Universidad de Oviedo) que analicen la situación. Ambas fueron contundentes, validando la decisión de la OCDE de excluir a Argentina‘, advirtió.
Bullrich sostuvo que la exclusión del ranking educativo internacional ‘se parece más al país que no tenía compromiso con las estadísticas ni con la verdad, el país del Indec, que publicaba una inflación que no era real, y ese es el país que venimos a cambiar‘. ‘No queremos un país donde se pueda construir un relato, mucho menos sobre la educación, porque la mala educación es también hacer mal las cosas, mal los procedimientos‘, aseveró.
Asimismo, dijo que el ‘error grave‘ consistió en haber mandado ‘una población de 13.280 escuelas y de esa población faltaron 3.096‘, aunque consideró que ‘no hubo animosidad, no hubo una específica voluntad de afectar el resultado‘ por parte de los funcionarios anteriores.
En tanto, el exministro Sileoni manifestó que ‘no hubo manipulación en la información ni se sacaron las escuelas que daban peores resultados‘ durante su gestión y destacó que Argentina empezó a estar en las pruebas PISA en 2006 porque ‘la incluyó el kirchnerismo‘.
El exfuncionario aseguró que la presentación argentina en la evaluación es ‘perfectamente válida‘, aunque dijo que ‘la muestra técnicamente es más pequeña porque la secundaria experimentó una transformación que implicó la fusión de establecimientos (los EGB y Polimodales), la reducción del listado sólo afectó parte de la comparabilidad con mediciones anteriores, pero de ninguna manera su validez‘.
OCDE explicó en su informe que ‘en Argentina la prueba PISA fue conducida en concordancia con los estándares operativos y las líneas de la OCDE, sin embargo hubo un declive significante en la proporción de jóvenes de 15 años que participaron en la prueba tanto en números absolutos como relativos‘. ‘Hubo una reestructuración en el colegio secundario en la Argentina excepto en la región de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lo que probablemente haya afectado la cobertura de escuelas elegidas para la muestra. Por consecuencia los resultados de Argentina no son comparables a los de otros países y con los resultados de Argentina de años anteriores‘, aseveró el organismo internacional.
El informe de OCDE presentó, sin embargo, resultados para la Ciudad de Buenos Aires, donde por no haber habido reforma educativa fueron aceptados, y obtuvo el puesto 38 en ciencias.
Mal paso en 2012
El sistema evalúa a estudiantes de 15 años de unos 65 países cada tres años, en ciencias, matemática y lectura. En 2015 le otorgaron el primer puesto a Singapur. En la evaluación anterior, PISA mostró que el 53,6% de los argentinos no superan el nivel mínimo de lectura; 50,9% de ciencia y 66,5% de matemática.