Como el presidente Javier Milei prorrogó el presupuesto 2023, hay alerta en organismos nacionales con sede en la provincia de que se congelen los fondos a utilizar por parte del Estado Nacional. En ese escenario, la preocupación también radica en que se vea afectado el funcionamiento de dichas reparticiones o instituciones, desde la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) hasta el INPRES, el INTA o el Instituto Nacional del Agua (INA). Es que, de concretarse, significará una disminución de los fondos reales si reciben el mismo dinero sin que haya actualizaciones por la inflación o por los aumentos que implicará la suba de tarifas. No es lo único, dado que, además, hay temor de que se vean freezados los salarios.

La institución más grande que se vería afectada por esta medida es la UNSJ. El temor radica en que tanto las facultades como los tres colegios preuniversitarios contarían con menos dinero para funcionamiento en los próximos meses de 2024, lo que obligará a las autoridades a reestructurar el funcionamiento. Si quieren continuar con las actividades como hasta la actualidad, las partidas presupuestarias solo alcanzarían para funcionar hasta mayo o junio, calculó el secretario Administrativo Financiero, Ricardo Coca.

Tras conocerse la noticia, rectores de universidades de todo el país enviaron una solicitud a la Nación para que amplíen los fondos con alguna herramienta especial. Por el momento, no saben si las partidas presupuestarias serán las que se acordaron en enero de 2023 o las que se entregaron hasta diciembre. En el primer caso, recibirían 18.000 millones de pesos para funcionamiento. En cambio, si suman las actualizaciones, son 32.000 millones. Si el gobierno nacional decide respetar el cálculo original, la UNSJ se vería con problemas para poder afrontar los salarios de sus trabajadores, ya que la readecuación fue, sobre todo, debido a las paritarias, explicó Coca. Pero, si se da el segundo caso, deberán encarar ajustes importantes. "La prioridad es que los alumnos tengan las aulas con servicios como electricidad y calefacción, docentes que hayan cobrado el sueldo y becas para aquellos que se van a ver perjudicados por medidas como la suba del boleto", dijo el funcionario. Trabajos de campo, investigaciones y otras tareas de extensión en la UNSJ estarían en duda debido a tal escenario.

Otro organismo que puede estar en jaque por la situación es el INPRES. Rodolfo García, director del instituto, aseguró que todavía no pueden calcular el impacto que tendrán, aunque no descartan tener que reducir el trabajo de investigación y concentrarse solo en mantener la red de sismógrafos.

El presupuesto sin actualización puso en duda que sumen Psicología y Medicina en la UNSJ. 

Pero, la mayor preocupación tiene que ver con mantener el personal. Es que la planta del INPRES pasó de 150 trabajadores a solo 45 y, de estos, unos 17 están en edad de jubilarse o lo harán dentro de dos años o menos. Las designaciones dependen de Nación y hace tiempo que no se abrían nuevos cargos. Ahora, no solo temen que el posible congelamiento de sueldos les impida convocar a nuevos ingenieros y licenciados, sino que también recibieron la noticia de que tres nuevos trabajadores podrían quedarse sin contrato. "Este año sumamos un doctor en ingeniería civil y una doctora en geología, ambos con un curriculum muy importante, además de una persona para el área administrativa. Pero, como ingresaron este año, sus contratos terminan el 31 de diciembre sin posibilidad de renovarlo, por lo que pedimos una excepción", explicó.

Una situación similar viven en el INA. Si bien los proyectos de investigación suelen tener financiamiento de instituciones privadas, gobiernos provinciales o municipales, los sueldos y gastos administrativos dependen del gobierno nacional. Raúl Tello, titular del instituto, aseguró que el mayor temor es que sufran un congelamiento de los salarios, lo que dejaría muy susceptible el personal a ser tentado por empresas privadas, cuando en la actualidad trabajan con temas sensibles para la provincia. "Hoy estamos midiendo el impacto de la sequía en San Juan y también nos convocaron desde Mendoza. Nuestros técnicos participan en los procesos de impacto ambiental de las empresas mineras", explicó, y agregó que en la actualidad necesitan ampliar la planta, pero esto los pone en riesgo de achicarse.

El INTA, en cambio, no cuenta con estos financiamientos privados para poder sostener sus proyectos de investigación. "Nosotros nos encargamos de generar conocimiento tecnológico que muchas veces aprovechan aquellos productores agropecuarios que no pueden pagarlo a precio de mercado. Por ejemplo, una de las líneas de investigación es aprovechamiento del agua en el árido para productores caprinos, que hoy se encuentran muy afectados por la sequía. No hay capitales privados que vayan a hacerlo y la función del INTA es aportar esos datos", aseguró Mónica Ruiz, a cargo del instituto en San Juan. Por el momento, no saben de cuánto será el presupuesto con el que contarán, pero, sin aumentos, ya anticipan que muchas de las líneas de trabajo que tenían, que ya están iniciadas, se verán interrumpidas.