En medio de una guerra que parece no tener fin y que se profundiza ante la indiferencia del mundo, el Estado Islámico (EI) mató este domingo a 50 soldados que hacían cola frente a un cuartel para recibir su paga mensual en el segundo atentado suicida que golpea al Ejército en el sur de Yemen en esta semana.
El atacante se acercó a la cola y activó su cinturón de explosivos frente al cuartel militar de la Seguridad Central de Al Saulaban, el mismo lugar en donde hace ocho días otros 36 reclutas murieron en un atentado casi calcado, según informó la agencia de noticias EFE.
A través de un comunicado difundido en las redes sociales, el EI reivindicó ambos atentados.
El cuartel atacado se encuentra en la zona de Al Arish, no muy lejos del aeropuerto de Aden, a unos 20 kilómetros al este de la ciudad, la más importante del sur y la que se convirtió en la capital provisional del gobierno internacionalmente reconocido de Abdo Rabu Mansur Hadi, luego que el movimiento rebelde hutí tomara Sanaá, la capital oficial de Yemen.