El Gobierno nacional dijo ayer que analiza recortar los subsidios que otorga a las tarifas de gas para consumo doméstico como parte de su intento por equilibrar el presupuesto, días después de haber anunciado una fuerte suba en el costo de la electricidad por una reducción en las subvenciones.
Las tarifas del gas no están tan desactualizadas como las de la energía eléctrica, que se mantuvieron prácticamente congeladas por más de una década con el fin de evitar presiones inflacionarias.
‘Estamos haciendo un análisis similar al que hicimos en el sector eléctrico‘, dijo el ministro de Energía, Juan José Aranguren, en declaraciones radiales, al confirmar que analiza un incremento en las tarifas del gas. Se están estudiando ‘los pasos procesales desde el punto de vista legal‘. ‘En el caso del gas, el atraso es menor del que teníamos en el sector eléctrico porque la misma administración anterior empezó a reconocer en el mercado en los últimos dos años un precio diferencial para el gas adicional de 7,5 dólares el millón de BTU (Unidad Térmica Británica)‘, explicó.
Consultado sobre la posibilidad de que la suba tarifaria afecte la negociación de paritarias, Aranguren respondió que esta situación es ‘consecuencia de 10 años de desinversión‘ y remarcó que ‘hoy estamos pagando una capacidad de generación que está limitada‘ y ‘afecta al bolsillo de la gente‘.
Respecto del impacto que los aumentos de tarifas tendrán en las negociaciones salariales, el funcionario apuntó que uno de los objetivos que se fijó el gobierno es ‘pobreza cero‘ y en ese sentido buscará ‘cuidar el bolsillo de los argentinos, lo que significa tener en cuenta el impacto en el presente y las consecuencias en el futuro‘.
‘Las medidas adoptadas para recomponer el cuadro tarifario fueron tomadas en la búsqueda de ese objetivo (de pobreza cero) y sus impactos van a ser reconocidos en la medida que los mismos tengan en cuenta la recomposición de una situación, que son consecuencia de 10 años de desinversión y que hoy estamos pagando una capacidad de generación que está limitada y afecta al bolsillo de la gente‘, completó.
Para abastecer la demanda interna, Argentina compra gas a Bolivia y cargamentos del fluido que se regasifican en plantas locales.
En cuanto a la suba de la luz, Aranguren apuntó que las tarifas estuvieron ‘congeladas desde 2002‘. Asimismo ratificó que la actualización del precio de la luz le permitirá al Estado un ahorro de ‘4.000 millones de dólares‘ y estimó que ‘unos 51.000 millones de dólares fue el subsidio de la generación en los últimos 13 años‘. DyN y Reuters