El sabor y el aspecto de la quinoa son similares al del arroz integral, aunque su textura es mucho más fina. De hecho, se cocina igual que el arroz, es decir, tres medidas de agua por una de quinoa, sin olvidar que hay que lavarla bien con agua antes de cocerla. Lo ideal es poner el agua sola a hervir y cuando empieza el hervor, añadir la quinoa, bajar el fuego al mínimo y tapar la cacerola, dejando transcurrir un tiempo de entre 12 y 15 minutos aproximadamente. En realidad, el tiempo de cocción se determina cuando el grano de quinoa ha duplicado su volumen y ha liberado su germen blanco que no es comestible. Es preferible añadir la sal cuando ya está terminada la cocción, según explican Alicia y Graziella, dos expertas en este metié.