San Juan, 15 de diciembre.- Pasaron casi tres meses desde que un estudio demostró que las 300 familias de San Roque consumían agua con altos niveles de arsénico, 0,1 mg/litro, cuando el límite permitido por la OMS es del 0,05 mg/litro. Después de una serie de medidas judiciales, OSSE realizó una nueva perforación y en la próxima semana terminará con la colocación de algo más de un kilómetro y medio de cañería para habilitar la prestación de agua potable.
“Está quedando muy poquito para terminar el tendido de la cañería que llegará desde la cisterna y proveerá de agua, la misma red que alimenta a la ciudad de Jáchal, y eso definitivamente solucionará el problema de fondo”, dijo el intendente de Jáchal, Jorge Barifusa.
Según dijo, esta obra permitirá poner fin a un problema de vieja data, ya que que los terrenos que son atravesados por el río Jáchal tienen un alto contenido natural de boro y arsénico, por su conformación geológica. Estos minerales son arrastrados por el río. “Los niveles que se consumirán ahora no tendrán nada de este material”, dijo.