"Hace hoy exactamente treinta años recibía de manos del querido e inolvidable Mons. Italo S. Di Stéfano, el Orden Sagrado. Hoy sólo puedo expresar una palabra: "Gracias". Cuando el Obispo pronunció mi nombre, dije "Adsum": Aquí estoy. Luego el Señor mismo, mediante las manos del Obispo, me impuso sus manos y quedé consagrado a su misión por la unción con el Santo Crisma, el aceite perfumado para transmitir, como afirma san Pablo, el "buen olor de Cristo". Aquel 21 de diciembre de 1984, los sentimientos de indignidad y estupor no me permitían comprender plenamente el significado interior de todo lo que la gracia de Dios me donaba. Con el gozo del servicio y el paso de los años, fui entendiendo en parte lo que significa ser "otro Cristo".
Hoy recuerdo conmovido el momento en que sentí la vocación, el día en que fui separado para ser hombre de Dios al servicio del mundo, y el entusiasmo de los primeros años de ministerio. Es verdad que allí estaba también el factor de la edad, la juventud. Pero en este caso se trata de naturaleza: gracia era entonces y gracia puede ser hoy. "Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos", escribe Pablo a Timoteo (2 Tim 1,6). "Aunque a veces me toque acompañar a Jesús que quiere compartir su cruz conmigo, soy muy feliz". Sufro por mis propias miserias, pero también sufro en la misma medida en que amo; porque no puedo ser indiferente a los padecimientos de quienes me rodean, ni a la pérdida de sentido en la vida de tantos.
Hoy digo "gracias", a mi padre que desde el cielo me bendice, y a mi madre, que con su fortaleza me evangeliza. Gracias a toda la gente que me acompañó a vivir con alegría y fidelidad a lo largo de estas tres décadas, especialmente a tres Obispos que marcaron mi vida sacerdotal y me brindaron el cariño de verdaderos pastores: Mons. Ildefonso M. Sansierra que me recibió como seminarista, Mons. Italo S. Di Stéfano que me consagró sacerdote, y al papa Francisco que confió en mí, enseñándome el valor de la coherencia sin doblegarse y la entrega sin cálculos".