La vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel, quedó muy conforme y también conmovida tras su encuentro con Francisco. Al concluir la reunión, que tuvo una duración de una hora, algo bastante excepcional para este tipo de audiencias, el Papa le pidió que leyera en voz alta una oración de Santo Tomás Moro que habla de la alegría. “Me conmovió, me dijo que no perdiera yo la alegría, que no perdiera el sentido del humor”.