En la noche de este martes, el director del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI), Edmundo Moncayo, anunció que 33 presos fallecieron en la prisión de Turi, en la ciudad de Cuenca, 21 en Guayaquil y ocho en la de Latacunga (centro), cifra a la que hoy se sumaron 13 decesos más, informó la agencia de noticias AFP.
Moncayo descartó víctimas mortales entre el cuerpo de custodia, pero habló de "policías que han sido heridos", sin precisar el número.
La Defensoría del Pueblo tildó de "masacre sin precedentes" los amotinamientos, que también deja reclusos heridos, según autoridades.
El organismo expresó su "preocupación por la falta de seguridad que vive el país, la cual se refleja en el aumento de la delincuencia y violencia al interior de los centros carcelarios".
En las afueras de la penitenciaría de Guayaquil, unas 40 mujeres trataban de tener noticias de sus familiares.
Daniela Soria, una madre de 29 años, aseguró haber recibido una transmisión de voz de Ricardo, su esposo sentenciado a tres años por narcotráfico.
"¡Me van a matar, sácame de aquí. Diles que me cambien de pabellón!", se escucha decir al hombre en un mensaje de WhatsApp que la mujer compartió en los medios.
El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, denunció una arremetida simultánea de "organizaciones criminales" y acusó al correísmo de estar detrás de los desmanes, aunque sin presentar evidencias, en medio de una carrera electoral todavía abierta que tiene pendiente un balotaje para el 11 de abril.
Más tarde las autoridades del área dejaron en claro que las revueltas fueron obra de "grupos delictivos internos" en una disputa por el liderazgo de los lugares.
Ya entrada la noche, policías y guardias penitenciarios lograron restablecer el orden, según indicó una fuente de la SNAI.
Las Fuerzas Armadas también fueron movilizadas a los exteriores de las cárceles.
En diciembre, varios amotinamientos en cárceles ecuatorianas atribuidos a disputas de poder entre organizaciones delictivas y del narcotráfico dejaron once presos muertos y otros siete heridos.
El sistema penitenciario de Ecuador está compuesto por cerca de 60 centros con capacidad para albergar a 29.000 personas y cuenta con 1.500 guardias, registrándose un déficit de por lo menos 2.500 custodios. La sobrepoblación ronda el 30% (38.000 reclusos).
El Gobierno decretó un estado de excepción carcelario por 90 días que concluyó en noviembre, y que buscaba básicamente recuperar el dominio sobre las prisiones. Ante la violencia, adoptó la misma medida en 2019.
La Defensoría del Pueblo, que responsabilizó de la situación carcelaria al Estado por incumplir "su obligación de garante frente a los derechos" de los reclusos, reportó que en 2020 se registraron 103 asesinatos dentro de las penitenciarías.
Desde enero y hasta este martes, la Policía había informado de tres muertos en choques entre reclusos.
El organismo gubernamental a cargo de las prisiones ha reconocido la falta de personal de seguridad, lo que "dificulta las acciones de respuesta inmediata" frente a las revueltas de presos.
En medio de la pandemia del Covid-19 y para disminuir la cantidad de presos, Ecuador aplicó el año pasado medidas sustitutivas para quienes cumplían penas por delitos menores, con lo que logró bajar de 42% a 30% la cantidad de reos.