La cuna de la pandemia de coronavirus, la provincia centro-oriental china de Hubei y su capital, Wuhan, continúan con su tímido proceso de vuelta a la normalidad en un momento en el que las cifras oficiales muestran que la propagación de la enfermedad se ha logrado limitar hasta números casi anecdóticos. Este sábado, los trenes comenzaron a llegar a Wuhan y los viajeros que aspiren a apearse en el epicentro de la catástrofe deberán contar con una serie de documentos acreditativos de su buena salud.
El metro de la capital de Hubei también retomó las operaciones y la ciudad comienza a recordar lejanamente a la animada urbe de 11 millones de habitantes de antes del 23 de enero, cuando el Gobierno
impuso una cuarentena para controlar el brote que concluirá el próximo 8 de abril. "He ido al supermercado esta mañana. La fila era muy larga y había mucha gente en la calle", relata a Efe un residente de Wuhan que solicita el anonimato. "Todo el mundo llevaba mascarillas y mantenía metros de distancia entre una y otra persona. ¡Pero mucho mejor ahora, en cualquier caso! Estoy muy contento", agregó.
A partir de hoy, además, volverán a operar los vuelos desde y hacia Hubei, aunque no en Wuhan, que deberá esperar hasta el 8 de abril para autorizar salidas de la urbe, y habrá de aguardar más aún
antes de retomar los vuelos internacionales y los que la conectan con la capital china.
Mientras, el Gobierno chino ha puesto en marcha en los últimos días una serie de medidas dirigidas a limitar los nuevos casos de contagiados del coronavirus SARS-CoV-2 procedentes de otros focos de la enfermedad en el mundo, que Pekín denomina "importados".